ürmado de sus nombres, y assi se acordó de em- biar a buscar los bastimentos al dicho capitán con ■esta instrucion.
Lo que vos el capitán Gonzalo de Mendoga aue^s de hazer en los pueblos donde va3^s a bus- car bastimentos para substentar esta gente porque no se me muera de hambre, es que los bastimentos que assi mercaredes aueylos de pagar muy a con- tento de los indios Socorinos y Sococies y a los otros que por la comarca están poblados, y dezir- les heys de mi parte que estoy marauillado dellos como no me han venido a ver, como lo han hecho todas las otras generaciones de la comarca, y que yo tengo relación que ellos son buenos, y que por ello desseo verlos y tenerlos por amigos y darles de mis cosas, y que vengan a dar la obediencia a Su Magestad (como lo han hecho todos los otros), y haziendolo ansi, siempre los fauorescere y ayu- dare contra los que los quisieren enojar; y aucN^s de tener gran vigilancia y cuydado que por los lugares que passaredes de los indios nuestros amigos, no consintays que ninguna de la gente que con vos lleua3's entre por sus lugares, ni les hagan fuerza ni otro ningún mal tratamiento, sino que todo lo que rescatar edes y ellos os dieren lo pague3'S a su contento y ellos no tengan causa de se quejar. Y llegado a los pueblos pedireys a los indios a do vays que os den de los mantenimientos -que tuuieren para substentar las gentes que Ue- ua^s, ofresciendoles la paga y rogándoselo con amorosas palabras, y si no os lo quisieren dar requerírselo heys vna y dos y tres vezes y mas,