Entre quantos principes sabemos aya auido en el mundo, ninguno pienso se podria hallar a quien con tan verdadera voluntad, con tan gran diligencia y desseo ayan procurado los hombres seruir como vemos que a Vuestra Magestad hazen oy. Bien claro se podra aqui conoscer que esto no sera sin gran causa y razon, ni son tan ciegos los hombres que a ciegas y sin fundamento todos siguiessen este camino, pues vemos que no solo los naturales a quien la fe y subjecion obliga a hazer esto, mas aun los estraños trabajan por hazerles ventaja. Mas ya que el desseo y voluntad de seruir a todos en esto haga conformes, allende la ventaja que cada vno puede hazer ay vna muy gran differencia no causada por culpa dellos, sino solamente de la fortuna, o mas cierto sin culpa de nadie, mas por sola voluntad y juyzio de Dios, donde nasce que vno salga con mas señalados seruicios que pensó, y a otro le suceda todo tan al reues, que no pueda mostrar de su proposito mas