Real nombre y presento sus prouisiones y fue obedescido por Gouernador como Vuestra Magestad lo mandaua. Ansimismo presentamos nosotros las nuestras ante el y el las obedescio como en ellas se contenia. Luego mandó que toda la otra gente desembarcase, y los cauallos que auian quedado, que no eran mas de quarenta y dos, porque los demas con las grandes tormentas y mucho tiempo que auian andado por la mar eran muertos, y estos pocos que quedaron estauan tan flacos y fatigados que por el presente poco prouecho podimos tener dellos. Otro dia los indios de aquel pueblo vinieron a nosotros, y aunque nos hablaron, como nosotros no teniamos lengua, no los entendiamos; mas haziannos muchas señas y amenazas y nos parescio que nos dezian que nos fuessemos de la tierra, y con esto nos dexaron sin que nos hiziessen ningun impedimento y ellos se fueron.
Otro dia adelante, el Gouernador acordo de entrar por la tierra, por descubrirla y ver lo que en ella auia. Fuymonos con él el Comissario y el Veedor e yo, con quarenta hombres, y entre ellos seys de cauallo de los quales poco nos podiamos aprouechar. Lleuamos la via del Norte hasta que a hora de visperas llegamos a vna baya muy grande,