chan a dozientos passos con tan gran tiento que ninguna cosa yerran. Passados que fuymos deste passo, de ay a vna legua llegamos a otra de la misma manera, saluo que por ser tan larga que duraua media legua era muy peor; este passamos libremente y sin estoruo de indios, que como auian gastado en el primero toda la municion que de flechas tenian, no quedo con que osarnos acometer. Otro dia siguiente, passando otro semejante passo, yo hallé rastro de gente que yua adelante y di auiso dello al Gouernador, que venia en la retaguarda, y ansi, aunque los indios salieron a nosotros, como yuamos apercebidos no nos pudieron offender, y salidos a lo llano fueronnos todavia siguiendo; boluimos a ellos por dos partes y matamosles dos indios e hirieronme a mi y dos o tres christianos, y por acogersenos al monte no les podimos hazer mas mal ni daño. Desta suerte caminamos ocho dias y desde este passo que he contado no salieron mas indios a nosotros, hasta vna legua adelante, que es lugar donde he dicho que yuamos. Alli, yendo nosotros por nuestro camino, salieron indios y sin ser sentidos dieron en la retaguarda, y a los gritos que dio vn muchacho de vn hidalgo de los que alli yuan, que se llamaua Auellaneda, el Auellaneda boluio y fue a socorrerlos y los indios le acertaron con vna flecha por el canto de las coraças, y fue tal la herida que passo casi toda la flecha por el pescueço y luego alli murio y lo lleuamos hasta Aute. En nueue dias de camino desde Apalache hasta alli, llegamos, y quando fuymos llegados hallamos toda la gente del, yda, y las casas
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