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Página:Relación de los naufragios y comentarios (Tomo I).djvu/77

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que nos puso en necessidad de beuer agua salada y algunos se desatentaron tanto en ello que supitamente se nos murieron cinco hombres. Cuento esto assi breuemente porque no creo que ay necessidad de particularmente contar las miserias y trabajos en que nos vimos, pues considerando el lugar donde estauamos y la poca esperança de remedio que teniamos, cada vno puede pensar mucho de lo que alli passaria, y como vimos que la sed crescia y el agua nos mataua, aunque la tormenta no era cessada acordamos de encomendarnos a Dios nuestro señor y auenturarnos antes al peligro de la mar, que esperar la certinidad de la muerte que la sed nos daua, y assi salimos la via donde auiamos visto la canoa la noche que por alli veniamos. Y en este dia nos vimos muchas vezes anegados y tan perdidos que ninguno ouo que no tuuiesse por cierta la muerte. Plugo a Nuestro Señor, que en las mayores necessidades suele mostrar su fauor, que a puesta del sol boluimos vna punta que la tierra haze, adonde hallamos mucha bonança y abrigo. Salieron a nosotros muchas canoas y los indios que en ellas venian nos hablaron y sin querernos aguardar se boluieron. Era gente grande y bien dispuesta y no trayan flechas, ni arcos. Nosotros les fuymos siguiendo hasta sus casas, que estauan cerca de alli a la lengua del agua, y saltamos en tierra y delante de las casas hallamos muchos cantaros de agua y mucha cantidad de pescado guisado, y el señor de aquellas tierras ofrescio todo aquello al Gouernador y tomandolo consigo lo lleuo a su casa. Las