Página:Relaciones sanas.pdf/7

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

Esta última frase puede que te suene un poco cliché, pero para que nos podamos entender te contaré la siguiente historia:

Cuando estaba en la media tenía una amiga que llevaba años de relación y siempre nos contaba que su pololo la hacía quedar en ridículo frente a otros o incluso le prohibía juntarse con nosotras (las que éramos sus amigas). Muchas veces le dijimos que él no era un buen chico y que debía terminar. Sin embargo, ella se sentía atacada y pensaba que en realidad no la entendíamos y que era fácil para nosotras decirle lo que debía hacer.

Es evidente que nuestra forma de actuar no fue la más acertada en aquel momento, más aún siendo sus amigas. ¡Todo lo contrario! Le intentamos imponer lo que nosotras creíamos. Con el tiempo consideramos que habría sido mejor haberle preguntado: ¿Cómo te sientes cuando él te ignora?, ¿qué te pasa cuando él te hace quedar en ridículo?, ¿estás de acuerdo con que él te diga con quién puedes o no puedes juntarte? Está claro que no éramos terapeutas, pero quizás a partir de una conversación empática se podría haber generado un espacio de confianza para apoyarla y guiarla en el difícil proceso de atreverse a pedir ayuda a algún especialista o, incluso, a un adulto que le pudiera brindar ese apoyo que nosotras como jóvenes no le podíamos dar. Tampoco fue sano para nosotras habernos quedado con la carga emocional de no haber hecho nada por ella; al fin y al cabo, todas éramos jóvenes en proceso de desarrollo.

7