literaria estén condenados á yacer "en el fondo de esos vastos cementerios que se llaman períódicos, donde las producciones reposan casi sin epitafio". Quizás, y aún sin quizás, es mejor que asi sea.
Pero las mismas razones que me indujeron á consentir en la publicación de Un invierno en Rusia, me obligan hoy á dar este volumen, en el que no he reunido sino uno que otro artículo, de épocas diferentes, si bien se refieren todos á cosas nacionales. De los capítulos de este libro podría decirse, con verdad, que sint ut sunt vel non sint, parodiando el dicho célebre.
No he querido intencionalmente hacer selección ni obedecer á orden cronológico ó sistemático: los "varios tomos" que pronosticaba el autor de los Recuerdos literarios, arredrarían al editor más audaz, en una tierra en que aún es asunto problemático el saber si no se publican libros porque no hay lectores, ó si no hay lectores porque no se publican libros, según la frase conocida.