pítulos de este libro: '*¿En qué paleta encontrare-
mos aquellos colores, en qué visiones veremos cru-
zar el comendador, escucharemos el galope del caza—
dor negro y del rey de los Aulnos, presenciaremos
los amores de Harald Harfagar en el fondo del océa—
no, apuraremos la copa del rey de Thule, ó veremos
trabajar al aprendiz de brujo, escucharemos los es-
tertores de Schubert, el coro de las ondinas, las elfas,
las nixis y las willis, la coquetería de los espectros
descarnados que giran en rápido torbellino, la fuente
gimiendo con acento moribundo, la soledad con to-
dos sus misterios y la sombra con todos sus replie-
gues, la nereida pálida como un cadáver coronándo-
se con las algas del lago y abriendo eus ojos verdes
entre las ramas pendientes, la luz desfallecida de la
luna, el ruiseñor cantando sobre la rama de un árbol,
los nenúfares llenos de curiosidad escuchando su
acento, y, velada por el manto de la noche, la esfinge
que nos contempla atónita, con su mirada de fiera y
su sonrisa de mujer?...”
Pues bien, todo eso y algo más, se encuentra en el libro de García Mérou.
Junio de 1884.