culo desfile de todo el porteñismo por esa tabla angosta que se llama la "acera de la izquierda" de la calle Florida; Le queda las confiterías ó cafés. En las primeras sólo pueden mencionarse aquellas, como U« del Gas y del Águila, que ofrecen á sus clientes las apetecibles comodidades. pues afortunadamente poco á poco los suburbios van atrayendo á sí las tradicionales de simple mostrador y con despacho de bebidas.
En cuanto á los cafés, recién últimamente hemos dado un paso adelante: el de los billares de la calle Piedad es un café verdaderamente europeo, por el movimiento que en él se nota, el ruído, la actividad, la vida misma que allí reina — el parisiense que extrañe su café de la Magdalena podrá, saboreando el típico mazagran, pensar por un momento que se encuentra en el Garren ó Vachette.
Pero todo esto concluye — ¿qué queda? Los altares de Venus Citerea... pero hay que detenerse: se pisa la arena candente, según una expresión clásica.
Sabido es que la vida social tiene lugar principalmente de noche, ¿pero, existe entre nosotros realmente esa vida especialísima? Aquí se necesitaría la pluma de algún high lifeur, para poder resolver tan gravísimo punto: algo en ese sentido puede colegirse ateniéndose á lo que por los diarios suele entreverse.