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In«:n*;:lt2it::tc n:i5 arrastra el actcr á referir sa Kbro página por página : qu:r:éra3X>5 so hacerlo, y en la n&c£:%:dad de abreviar, cócso deíar en el tintero la dír%>cr;p::ón de los scñ-disAmts "ciomingos ansto- crál:cofe*' de San Fernando. — con los coches abicr— Uj^ j blanqueados de poiro caras j toilettes; — la misa de nueve en Las Conchas, el inialtable paseo á lafe l-^las. las casillas de baño sobre el río, en el cual '* Uj*i trís5tc-% sauces mojan sus largas guedeias y, des- mayados, agobiado el tronco, parecen llorar la au- ^-ncía de alguien que llevó la corriente ó buscar en el fondo su ignorada tumba!..." y tantas, tantas otrai» escenas ! Y las visitas obligadas y oficiales del festejante convertido en novio, en los meses antes de la boda, — en las salas solitarias, sentados en una ex-