viaje de vacaciones con un su íntimo amigo á Ve-
racruz, donde para en casa de dicho amigo. Resu-
mamos: se enamora perdida y románticamente de
Magdalena, la hermana de su amigo, y se compro-
mete con ella. En el interín, su padre adoptivo pasaba
por análogo trance en México: se enamora prosaica
pero locamente de Elena, la hija de una clienta, y
la pide en matrimonio. Vuelve Pedro; se comuni-
can con D. Luis sus recíprocas aventuras, y como
su padre adoptivo se casara en seguida, llévalo á
presentar en casa de la futura. Se realiza el casa-
miento, produciendo para D. Luis y para los suyos
una felicidad completa ; y continuando Pedro en la
intimidad y confianza que exigían su carácter de hijo
adoptivo y sus revelantes prendas.
Hé ahí la intriga que ya se adivina. La joven esposa y el hijo adoptivo se enamoran; rompe éste su compromiso con Magdalena; y tras la lucha consiguiente, se olvida de la gratitud y del cariño que debe á su constante protector y padre adoptivo— y el adulterio se consuma. Un buen día los sorpren- de el marido — y el desenlace de tan trágica historia es: condenar á los culpables á que sigan viviendo como castigo...
Nos encontramos, pues, en presencia de una novela psicológica de tesis, El autor ha querido estudiar