realizara (i). Los gobiernos patrios, después de la independencia, penetrados de aquella máxima tan sabia como elegante del emperador Justiniano: “que convenía que la autoridad imperial no sólo estuviese ilustrada con las armas, sino también armada con las letras”, tomó de nuevo con empe- ño aquel asunto. El Director Pueyrredón, después de varias medidas, solicitó del Congreso (18 de mayo de 1819) aquella reforma. Y á pesar de la luctuosa crisis que en la historia patria se conoce por “año veinte”, el efímero gobierno de Sarratea (25 de abril de 1820) decidió la ansiada creación; pero debido á los esfuerzos del ilustrado salteño don Manuel Antonio Castro (15 de febrero de 1821), el gobierno progresista del general Rodríguez comisionó á don Antonio Sáenz para la instalación de la Universidad, ceremonia solemnísima que tuvo lugar en la iglesia del Colegio (que era el lugar tradicional de las grandes fiestas de la inteligencia) el 12 de agosto de 1821. Rivadavia no era aún Ministro. La Universidad, según el decreto de 8 de febrero de 1822, se componía de los siguientes “departamentos” (léase facultades): Estu-
(1)Noticias históricas sobre el origen y desarrollo de la enseñanza pública superior en Buenos Aires, por Juan María Gutiérrez. Buenos Aires, 1868, in folio.