6 PAGINAS INMORTALES
campo de Castañares entre las tropas del General Belgrano y las del General Tristán, las familias pu- «lientos ó seomodadas disputábanse el honor de hos- pedar en sus casas al General en Jefe del ejército patriota, que á marchas forzadas venía en persecu- ción de los realistas,
"Pan íntima y grata satisfacción cúpole en suerte á Doña Martina Silva, esposa de Don José Gurru- chaga comerciante en paños que tenía su finca en los Cerrillos, pocas leguns al Sur dela ciudad, ade más de la casa de comercio que él atendía perso- nalmente,
Nada descuidó la abnegada señora á partir del primer momento en qne llegó á su casa ton ansiado Imésped y demás oficiales que le acompañaban. Sus atenciones propias y las de la servidumbre ultrapa- saban los límites de la hospitalidad. No solo hizo cuanto pudo vor agasajar á los libertadores de su provincia, sinó que penetrada de las necesidades de la tropa, consignió que su marido entregase gracio- samente nna considerable partida de paño azul para confeccionar aniformes á los soldados.
Al ofrecer una bandera al ejército, que ella misma bordara, el General Belgrano se la recibió conmo- palabras :
—Señora, si en todos los corazones americanos existe la misma docisión que en el vuestro, el triun- por que luchamos será fácil,
Poco después, en vísperas de la memorable batalla que ungió á Salta invicta y heróica en el más alto gado, fué cuando Doún Martina Silva, con otro ras- go sublime de patriótico entusiasmo, destacó su per- sonalidad por sobre todas las de sus comprovincia- nas. Con suma cautela preparó, armó y equipó de su
