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EDUCACION FISICA I ENSEÑANZA DE LA HIJIENE.

por sí solos los ejercicios jimnásticos, serán completamente ficticios o nulos.

Siendo tantas i tan importantes las diversas materias, que podrian formar la base de un estudio de esta especie, nosotros no haremos mas, que enumerar algunas de las mas importantes. Tales son, por ejemplo: las cuestiones de alimentacion en jeneral; la del vestuario, no solo en lo que se refiere a la desnudez del pobre, sino tambien al lujo excesivo del rico, a ese lujo que hace aparecer a los niños de corta edad como figurines para los diarios de modas, cosa que conmueve el corazon del filósofo observador tanto o mas talvez, que la desnudez misma; la alimentacion de los niños en los internados; las condiciones de las localidades en jeneral, sus clases, lugares de estudio i recreo, dormitorios etc; la capacidad para contener, sin grave pejuicio para la educacion, física, tal o cual número de alumnos; el arreglo (i esto es un punto capital) de sus mesas para estudiar i escribir; los bancos con sus correspondientes respaldares; la luz de los salones; la distribucion de las clases; las horas en que se obligue a levantarse i acostarse a los alumnos, sobre todo en los meses de invierno; i en fin, la satisfaccion de muchas necesidades, sin cuyo cumplimiento la buena educacion física es i será siempre una quimera. Por otra parte, lo que espresa el señor Murillo en una nota al márjen como un deseo, es, a nuestro parecer, una exijencia necesaria, una condicion sine qua non: hablamos de la necesidad de la misma buena educacion física para las niñas; pues tenemos como el autor, por punto de partida las leyes fisiolójicas; i en verdad, que seria imposible la formacion de una jeneracion sana i robusta sin este requisito.

Como ya lo hemos dicho, no hacemos aquí mas que indicar algunos puntos que será necesario tomar en cueta, si queremos acercarnos al bello ideal, que se llama buena educacion física; comprendiendo mui bien, sin embargo, que este terreno es algo resbaladizo.

Respecto al capítulo sobre hijiéne, en todo somos de la misma opinion del señor Murillo i nos adherimos a sus ideas espresadas de una manera tan brillante: sin embargo, nos permitiremos una lijera observacion sobre los testos. Somos de parecer, que tocaria a los pedagogos mas ilustrados escribir para las escuelas primarias testos de lectura de alguna estension, los cuales, variando los temas i su forma, ya por medio de cuentos instructivos, ya en diálogos o versos, tratarian las reglas jenerales de la hijiéne, aplicandolas a los diversos casos particulares. Mezclando estos trozos con otros de jeografía, historia, ciencias naturales, i otros ramos de lectura instructiva, moral i amena; forman-