insistido bastante como el aislamiento de los enfermos, organizacion de lazaretos adecuados etc. etc.
No queremos disimularnos la influencia que tiene en la mortalidad el carácter maligno de la enfermedad; pero no es el medio de combatir esa malignidad buscar para lazareto el local de la Maestranza o del hospital de San Francisco de Borja. Es lo que se ha hecho, sin embargo, i la razon de estos hechos realizados diariamente se encuentran en la absoluta incompetencia de los señores encargados de estos asuntos. ¿Por qué no se han arbitrado medios de realizar un lazareto permanente? ¿No se ha tenido tiempo de pensarlo en veinte años que dura esta necesidad urjentísima? ¿Por qué la junta de beneficencia no ha hablado al Gobierno claramente i se ha contentado con hacer remiendos cada vez que hemos tenido una epidemia? No lo sabemos.
No es menos deplorable lo que ocurre en la junta de vacuna, aquel es un desvarajuste jeneral, eso reclama una reforma total i pedimos a la autoridad que no se ande con cumplimientos porque ante todo está el bien jeneral del pais.
Así, pues, medidas preventivas i medidas de tratamiento que son de la mayor urjencia, todo está completamente abandonado.
Lo que mas llama la atencion en la actualidad es la necesidad de un local apropósito; no lo hai; es necesario improvisar un lazareto o varios, capaces de contener dos mil lechos; no podemos mirar como lazareto el hospital de San Francisco de Borja, nos horroriza el llamado lazareto de la Maestranza.
Para que pueda andarse con la mayor rapidez posible, nosotros proponemos organizar tiendas espaciosas que tendrian la ventaja de estar siempre bañadas por el aire i que además pueden levantarse en poco tiempo. Un campo cualquiera serviria para el establecimiento de estas tien-
