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Página:Revista de España - Tomo II (1868).djvu/81

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IV.


Tres fueron los hechos principales que ocasionaron la definitiva mudanza política y social de España, verificada á la muerte del Rey Fernando VII en Setiembre de 1833.

Fué el primero el propósito decidido de los carlistas de hacer triunfar un absolutismo absurdo sobre un prudente y suave gobierno paternal; y esta fatal tendencia produjo los deplorables esfuerzos hechos en 1827 por el partido llamado apostólico empeñándose en destronar al Rey Fernando y en dar la corona á su hermano el Infante D. Carlos, para hacer imposibles todos los progresos sociales y politices que el siglo iba estableciendo en todas partes.

El segundo consistió en no haber tenido el Rey sucesión masculina, ni aun en su tercero y último matrimonio con la Princesa de Napóles Doña María Cristina de Borbon, de la que hubo dos hijas.

El tercero fué el resultado de la pragmática-sanción de 1830, que completando la ley hecha en Cortes en 1789, y variando la legislación vigente establecida, el auto acordado en 1813, restituía en su fuerza y vigor la ley de Partida que habia regido siete siglos en Castilla hasta 1713, quedando así anulada la ley sálica importada de Francia, que ordenó el referido auto acordado.

Estos tres grandes sucesos fueron los principales determinantes de una sangrienta guerra de sucesión á la muerte del Rey Fernando; pero otros distintos y no menos importantes hicieron indispensable que la naturaleza de esta verdadera guerra civil no se concretase á la cuestión de sucesión á la Corona, pues ya existían creados en 1833 poderosos elementos políticos que venían elaborándose desde 1814, y que si bien los habia comprimido varias veces la inmensa fuerza moral y material del Monarca, aunque los medios que para ello se emplearon y su fatal desenlace no pudieron nunca ser aprobados por la opinión sensata del país, se conservaron vivas las tendencias liberales, dándolas numerosos prosélitos.

En suma, la guerra de sucesión á la Corona entre los dos pretendientes, la hija del Rey Fernando proclamada ya en 1831 legalmente inmediata sucesora á la Corona, y el Infante D. Carlos empezó, continuó y terminó siempre con un carácter mixto de sucesión y política.

Los que sostenían el mejor derecho de la Reina opinaban en