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LA RENDICIÓN DE LA FLOTA
Ante el inglés su formidable flota
desfila humildemente, sin enseña:
¡ni una protesta de sus labios brota,
ni una arruga en sus frentes se diseña!
De luchar hasta el fin ¿dónde está el voto?
Sombra de Nelson, sombra de Churruca,
¿concebís de rodillas al piloto
ni aún al rendirse, la razón caduca?
¡Oh vil caricatura del guerrero,
que por salvarse del honor prescinde
y a todo se doblega pordiosero!
Ya no armará con su marina cisco;
no es flota de combate que se rinde:
¡son carneros entrando en el aprisco!
Noviembre, 1918.