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DOS ¿QUÉ?
Ladra el cañón —un perro a quien del rabo tiran-;
los gases corrosivos, como algodón en rama,
en gruesos nubarrones por el espacio giran,
y aquí y allá, entre el humo, la lengua de una llama.
Edificios y árboles desmoronados, saltan;
arden, cual mar de fuego, las enhiestas espigas;
la bayoneta en ristre las trincheras asaltan
y, cuerpo a cuerpo, muérdense las huestes enemigas.
De la refriega queda, cual temporal que un tronco
de un bosque sólo deja, dos pálidos guerreros,
entre el hervor de sangre y el estampido bronco.
Resumen filosófico del sublime episodio:
dos odios frente a frente —o quizá dos carneros,
a quien el jefe manda que se maten con odio...!
1916.