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FLANDES
Llanuras jugosas, verdes, maternales;
cortadas en línea recta por canales;
tranquilas aldeas, tapias conventuales;
ruidosas kermeses, que eran bacanales:
besos, tamboriles, risas y cerveza...
procesiones rústicas en que el pueblo reza;
fúlgidos hogares de insólita limpieza,
primitivos cuadros de sin par belleza...
Y ahora son eriales tus campos fecundos,
sembrados de muertos y de moribundos,
o de hambrientos seres, locos o errabundos...
Ahora todo es lágrimas, ruinas numantinas,
en que ya no vienen ni las golondrinas,
que anidar no quieren entre tantas ruinas.
1918.