MADAMA GUIZOT
(ANTES PAULINA DE MEULAN)
Ciertos talentos, al llegar al mundo, y casi desde su primera juventud, traen una facultad de observación sa- gaz, penetrante, en guardia contra el entusiasmo, vuelta hacia la verdad, y sensible sobre todo al ridículo, a la mentira, y a la tontería. Cuando la mayor parte de los espíritus elevados debutan por la pasión, unas veces por una especie de ilusión confiada y pastoril, y otras por la misantropía más soberbia y más rebelde; cuando para los unos se abre el mundo risueño y encantado como para Pablo y Virginia y para los otros más activo, más se- vero e imponente, como para Emilio y Werther, para las naturalezas pronto maduras y prudentes de que quere- mos hablar, el aprendizaje es más seguro, menos aventu- rado, el mundo no es para ellas ni tan risueño, ni tan solemne, ni tan engañador, y vale a la vez más y menos que todo eso. La mayor parte de los hombres, cuando pa- san de la juventud, tienen un sentido real de las cosas. Los que han comenzado por el entusiasmo confiado e ino- cente, aprenden a fuerza de desengaños a conocer el mal, y con frecuencia en esta edad de experiencia dolo- rosa se sienten inclinados a aumentarle. Cuando La Ro- chefoucauld dejó de ser enamorado y criticón, pondera-
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