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RETRATOS DE MUJERES 231

pertaron siempre benevolencia muy sincera. No se podía negar a la escritora la estimación, y entonces se criticaban las condiciones particulares de la persona. Esos amigos que se tienen en la desgracia, esos amigos de Job en todo tiempo los mismos, la compadecían por la necesidad en que se encontraba, siendo mujer y de tal nacimiento, de escribir folletones, y sobre todo folletones de teatro. Mo- lestada por esta compasión falsa contestó admirablemente el 18 de diciembre de 1807 en una carta de una mujer periodista a un amigo: “Censuran pues mis folletones, ami- go mío, y en verdad que | “eso es hacerme mucho honor; pero la crítica llega hasta mí porque me he decidido a eseri- bir en _periódico, y sobre todo porque doy cuenta de las novedades teatrales. Este reproche que se me hace, es porque soy mujer, y no porque soy periodista, y censores que me conocen saben muy bien por qué lo soy. ¿Pero no temen tener que reprocharse ellos a su vez, si por una opinión emitida con ligereza, me amenguasen el ánimo del que tengo necesidad para sacrificar a lo que yo creo un deber, convencionalismos que mi educación y mis costum- bres me habían enseñado a respetar? Usted sabe, amigo mío, que no desconozco esos convencionalismos que hacen del periodista el papel más extravagante que puede escoger una mujer, dado caso que a ésta le sea posible «scoger..

¡Oh, le aseguro que no le ha parecido a sus amigos tan ridículo como a mí, pues no lo han visto tan de cerca como yo! Si conociesen como yo los graves intereses que hay que acomodar, las importantes consideraciones de que es preciso preocuparse, los risibles agravios a los que hay que contestar y los homenajes no menos risibles que hay que aceptar, y todas esas baraúndas de pequeñas pasiones, de cuyo ruido no se puede librar una mujer ni en su soledad, si ellos viesen en medio de todo esto un trabajo sin atractivo para el espíritu y sin indemnización para el amor propio, entonces les permitiría decir lo que piensan, y pensar, si les conviene, que he emprendido esto