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250 MADAMA DE LAFAYETTE

en la que ellos fueron los últimos oráculos. Madama de La Fayette que tenía un talento sutil y firme, como Ma- dama de Sévigné, no conservó del palacio sino lo mejor. Por su edad pertenecía a la corte joven, y casi con menos solidez de talento no le habrían faltado las más justas elegancias. En los primeros tiempos de su matrimonio había tenido frecuentes ocasiones de ver en el convento de Chaillot a la joven princesa de Inglaterra al lado de la reina Enriqueta entonces desterrada. Cuando la joven princesa llegó a ser Madama y la gala más preciada de la corte, Madama de La Fayette, aun siendo diez años ma- yor que ella, mantuvo su antigua e íntima amistad, tuvo siempre sus entradas particulares, y pudo pasar por ser su favorita. En la historia eticantadora que ha trazado de los años más brillantes de esta princesa, hablando de ella mis- ma en tercera persona, se juzga así: “La señorita de La Trimouille y Madama de La Fayette formaban parte (parte del grupo de personas que veían con frecuencia a Madama). La primera le agradaba por su bondad y por la ingenuidad con que contaba lo que su corazón sentía, parecida a la sencillez primitiva de los primeros siglos; la otra le era agradable, por fortuna para ella, pues aunque le encon- traban ciertos méritos, eran unos méritos tan serios en apariencia que no parecían debían agradar a una persona tan joven como Madama”. A los treinta años, Madama de La Fayette se encontraba en su centro de esta cortesanía y de esta galantería de los más florecientes años de Luis XIV; formaba parte de las excursiones de Madama a Fon- tainebleau o a Saint-Cloud, más como espectadora que actora, no interviniendo, como nos dice confidencialmente, en ningún asunto ruidoso, sino oyéndolos de la propia boca de la princesa, y escribiéndolos para complacerla. “Vos escribís bien —le decía Madama—, escribir y yo es diré cosas interesantes”. “Era una labor bastante difícil —de- clara Madama de La Fayette— describir la verdad de ma- hera que se la reconociese y que, sin embargo, no fuese