Página:Sainte-Beuve retratos de mujeres.djvu/281

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

RETRATOS DE MUJERES 287

de estas uniones está en que se sufre igualmente cuando persisten y cuando acaban. Quiso vengarse y obró con tanta maña, que consiguió que Madama de Chatillón re- conquistase a M. de Nemours sobre Madama de Longue- ville, y que ya en el camino del triunfo, hizo perder a esta última la confianza del príncipe de Condé a quien también se unió Madama de Chatillón. Madama de Cha- tillón, el Príncipe, M. de Nemours y La Rochefoucauld gozaban cruelmente. ¡Así la herida era mucho más dolorosa para Madama de Longueville!

Poco tiempo después, M. de Nemours murió en un duelo con M, de Beaufort, y (¡extravagancias del cora- zón!), Madama de Longueville le lloró como si aún le perteneciese. Las ideas de penitencia la preocuparon des- pués.

Monsieur de La Rochefoucauld fué el primer castigado de su odiosa acción; en el faubourg de Saint-Antoine reci- bió una perdigonada en la cara que le dejó casi ciego du- rante algunos meses. Varias veces se han citado, y con toda clase de variantes los versos trágicos que parodió con este motivo. Mas nunca fueron dichos sinceramente, puesto que ya en esta época estaba distanciado de Madama de Longueville.

¡Por ese corazón inconstante que ahora conozco Hice la guerra a los reyes; en ella perdí los ojos!

Todos somos así. Cuando ya no contestamos a la suerte sino con una burla a esta divisa heroica de la juventud:

Hice la guerra a los reyes y la habría hecho a Dios

ya no hay ni seriedad ni tragedia; nos acompaña una pro- funda ironía,

Este fué el final de sus activos errores. Ya tiene cerca de cuarenta años, la gota se apoderó de su cuerpo y le vemos casi ciego. Vuelve a caer en la vida privada y se