360 UNA ALCOBA POÉTICA
sus églogas la pastora desilusionada acusa a la floresta de prestarse a los amores infieles del ingrato.
Depuis que les beaux jours, á moi seule funestes, D'un long et triste hiver eurent chassé les restes, Jusqu'á Pheureux débris de vos fréles beautés.
Madama Des Houilliéres ofrece muy pocos versos como este último.
Creo, sin embargo, haber dicho bastante para demos- trar que mereció sobrevivir. No se trata ahora de rehabi- litarla ni proponerla como modelo, sino simplemente de reconocer lo que fué y de encontrar, si se puede, la poesía en todas sus huellas. El último período de la existencia de Madama Des Houillieres no estuvo exento de vicisi- tudes, y parecía esperarlas cuando decía:
Tandis que le soleil se lev: encor peur nous, Je conviens que rien n'est plus doux Que de pouvoir sttrement croire Quwaprés qu'un froid nuage aura couvert nos yeux, Rien de láche, rien d'odieux Ne souillera notre mémoire; Que, regrettés par nos amis, Dans leur coeur nous vivrons encore, Pour un tel avenir tous les soins sont permis; C'est par cet endroit seul que l'amour-propre honore: 1 faut laisser le reste entre les mains du sort,
La acusaron, sin embargo, de una cosa odiosa, que con- sistía en haberse apropiado de Los Corderos en la compi- lación de Coutel. En 1735, se hizo este descubrimiento. Casi al mismo tiempo Le Mercure Suisse, el barón de La Bastie y el presidente Bouhier en sus cartas al abate Le Clerc (enero y febrero de 1735), denunciaban o discutían este plagio?. Fréron y otros entraron luego en lid; pero nosotros los abandonamos, ciertos de que la idea de diri- girse a los carneros no es nueva, y que la forma en que
1 Tomo V de Nuevas memorias de Historia de Orítica y de Literatura por el abate de Artigny,