RETRATOS DE MUJERES 409
mejores piernas del mundo. Ya ves que mi locura sirve para algo bueno. Adiós.”
Esta amante tan resuelta es la misma que escribe a su amiga a quien quiere casar, esta otra página llena de caprichosos consejos y de exquisitas y graciosas delica- dezas:
“Todos tus detalles son encantadores; tú no amarás, no amarás nunca al hombre que te destinan; es decir, no le amarás nunca mucho, si no te casas con él podrás casar- te con otro. Si te casas os seréis agradables el uno al otro y viviréis contentos. Acaso tú no exijas que todas sus miradas sean para ti ni todas las tuyas para él, no te reprocharás el haber pensado en otra cosa ni el haber dicho nada que pueda causarle pena. Le explicarás la cosa, y como habrá sido buena, todo irá bien. Tú harás más por él que por mí; pero me querrás más que a él. Nosotras nos entenderemos mejor, puesto que ya estamos compenetradas y hay entre nosotras una simpatía que no nacerá entre vosotros. Si esto te conviene, cásate, Euge- nia. Piensa, sin embargo, y mira en torno tuyo si no hay otro que despertaría en ti otro sentimiento. ¿No has leído novelas y no has compartido las sensaciones con la he- roína? Averigua si tu esposo no te ama de diferente ma- nera que tú a él. Dile, por ejemplo, que tienes una amiga que te quiere mucho, y que tú no quieres a nadie tanto como a ella, Mira si se pone colorado y si se enfada, y si es así no te cases. Si esto le es absolutamente :sual no te cases tampoco. Pero si te dice que siente verte alejada de mí, y que vendréis juntos a Neuchatel a verme, cásate porque será un buen marido. No sé de dónde saco todo esto, pues antes no había pensado en ello, acaso no tenga todo esto sentido común. Te declaro, sin embargo, que tengo muy buena opinión de mis observaciones..., no ob- servaciones, ¿cómo diría yo?, de esta luz que he encon- trado en mi corazón y que parecía lucir para alumbrar el tuyo. No obstante, no te fíes; piensa y pregunta, ¡No pre-