ganar con eso? No hay ningún placer que pudieras obtener. No, no, no es eso lo que deseas. Escúchame. Tengo una esmeralda, una gran y redonda esmeralda, que el enviado del César me ha traído. Cuando ves a través de ella, puedes ver lo que ocurre en lugares distantes. El mismo César lleva consigo una esmeralda igual cuando va al circo. Pero mi esmeralda es más grande. Sé muy bien que es más grande. Es la esmeralda más grande del mundo. La tomarás, ¿no es verdad? Pídemela y te la daré.
SALOMÉ
Demando la cabeza de Jokanaan.
HERODES
No me estás escuchando. No me estás escuchando. Déjame hablar, Salomé.
SALOMÉ
La cabeza de Jokanaan.
HERODES
No, no, no tendrás eso. Sólo lo dices para atormentarme, porque te he mirado toda la noche sin parar. Es verdad, te he mirado toda la noche. Tu belleza me ha perturbado. Tu belleza me ha perturbado dolorosamente, y te he mirado demasiado. Pero ya no te miraré más. No se debería mirar nada. Ni a las cosas, ni a las personas. Sólo a los espejos es bueno mirar, pues los espejos sólo nos muestran máscaras. ¡Oh, oh! ¡Traigan vino! Tengo sed...