72 HUMBERTO SALVADOR
da en el huevo, lo comprendemos bajo el nombre de consti- tución individual.”
La energía potencial del huevo está ligada también a las con- diciones exteriores.
“Las sustancias que el genitor trasmite al vástago —dice Jennigs— consisten en un gran número de convultos de ele- mentos químicos, independientes entre sí, encajados en una masa no tan diversificada de materia. Estas masas son les cro- mosomas. Todo par de genitores humanos contiene miles de pares de conjuntos químicos o genes de que depende la for- mación del nuevo ser. De estes pares se deriva casi al azar un grupo o juego de ellos: este grupo constituye la herencia del hijo. Toda pareja de genitores puede, de ese modo produ- cir, no sólo miles, sino millones de combinaciones diferentes, cada una de las cuales proveerá al hijo de características di- ferentes. Para producirse el organismo completo y normal, son esenciales los materiales adecuados; pero igualmente se precisa que éstos actúen entre sí y con determinados elemen- tos; y su modo de actuar y lo que producen depende de las condiciones. He aquí la importancia del medio y del mecanis- mo de correlación endócrino. Cada individuo tiene muchas clases de caracteres “'innatos”, “hereditarics””; las condiciones bajo las cuales se desenvuelven, determinan qué clase de ca- ractcres han de manifestarse.”
La energía potencial del huevo fecundado, no es absoluta, sino relativa. Adquiere valor ante determinadas condiciones exteriores.
“Entre todas las zonas de actividad del organismo, se esta- blece, desde los primeros fenómenos de la grstación, una ar- monía perfecta y uniforme; los procesos psíquicos, los fenó- menos de evolución y desarrcilo orgánico, especialmente del esqueleto, las funciones del tiroides, de las gonadas, etc., reac- cionan frente a determinados cambios, modalidades y excita- ciones del medio ambiente. Todo aquello está demcstrando la
existencia de una correlación funcional profunda, indispen- sable.”
Los antecedentes de la endocrinología se encuentran en Claudio Bernard. En 1895 habló de una categoría de órganos, semejantes a les glandulares con la diferencia de que, estan- do desprovistos de conductos excretores, sus productos deben
