prueba, acudía al colegio para ver a la salida a aquella niña.
Sí, y me seguía por las calles y me sonreía; y, ya cerca de casa, me saludaba con la mano... así. Yo lo miraba con asombro, huraña: no sabía quién era. Se lo dije a mamá y ella debió adivinarlo en el acto (la Madre hará signos afirmativos con la cabeza) porque durante algunos días, dejó de enviarme al colegio. Cuando volví, lo encontré de nuevo a la salida. ¡Estaba muy ridículo, con una envoltura de papel en las manos! Se me acercó, me acarició, y sacó de aquella envoltura un grande y hermoso sombrero de paja de Florencia, con una guirnalda de rosas de Mayo... para mí.
¡Señores! ¡Pero todo esto no es más que un cuento!
(despreciativo)
Sí, sí: literatura, literatura.
¡Qué literatura! ¡Esto es vida, esto es pasión!