veinte, estando el Excmo. Senado en su sala de acuerdos i en sesiones estraordinarias, se vio el recurso del presbítero don Luis Marulanda, capellan de la escolta directorial, para que con respecto a estar de próxima salida del servicio para pasar a la Nueva Granada, se le dieran los caidos i lo que se le ha descontado por cuenta del tercio del sueldo que se le señaló, declaró S.E. que siendo justo el pago de este adeudo, debia decretarse su satisfaccion, supuesto que Marulanda, retirándose del país, se dirijia a los remotos lugares de su procedencia. Que, sin embargo de que los apuros i urjencias del Erario no permitían el pago i satisfaccion de las pasivas dependencias del Estado, podria allanarse la solucion de lo adeudado a este eclesiástico por ser corta la cantidad que demandaba, i porque exijia este auxilio el estado de indijencia en que se hallaba, sus servicios i sacrificios en honor de la causa de América. I habiéndose cumplido con la comunicacion, se cerró el acuerdo, firmando los señores senadores con el infrascrito secretario. —Rozas. —Cienfuegos. —Fontecilla. —Perez. —Alcalde. —Villarreal, secretario.
ANEXOS
Núm. 298
Excmo. Señor:
Aunque son grandes los apuros de nuestro Erario, el deseo de aumentar el buen concepto de Chile respecto de la corte de Lóndres, indicado por la adjunta nota de nuestro Ministro enviado don Antonio José de Irisarri, me inclina a que estamos en el caso de hacer un esfuerzo para comprar la biblioteca del finado jeneral Miranda. Su adquisición no solo mejoraría ese buen concepto, sino que seria un tesoro apreciable de ilustración, en circunstancias de que nos hallamos atrasadísimos en este ramo por falta de buenos libros.
Sírvase V.E. tomar en consideracion estos objetos, i acordar lo que le parezca mas conveniente al bien de la República, diciéndome los arbitrios que deben adoptarse para la compra, en el caso de convenir en ella. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Palacio Directorial de Santiago, Mayo 31 de 1820. —Bernardo O'Higgins. —Excmo. Senado.
Núm. 299[1]
El albacea del difunto jeneral Miranda, Mr. Vansittart, que por estar encargado del Ministerio de Hacienda, ha sustituido el albaceazgo en sir John Jackson, habiendo determinado disponer de la librería que pertenece a los hijos de dicho jeneral, me ha propuesto venderla a ese Supremo Gobierno, porque fué encargo que dejó Miranda, de que en caso que sus hijos se deshiciesen de sus libros, procurasen venderlos a alguno de los Gobiernos libres de la América del Sur, i también porque consideraron sus albaceas que Chile está en mejor estado para hacer esta compra que ningún otro Gobierno de esa parte del nuevo mundo.
Sir John Jackson me ha ofrecido detener la venta de esta librería por el término de un año, para que pueda dar cuenta a ese Supremo Gobierno; i que, en caso de determinarse a comprarla, envie su valor que alcanzará, sobre un cálculo de poco mas o ménos, de cuatro a cinco mil libras esterlinas, pues no habiéndose hecho aun el inventario i avalúo, no se puede decir con certeza a cuánto ascenderá. Yo no he querido que se haga el avalúo por no entrar en gastos, sin saber la determinación que tomará ese Gobierno; pero, en caso que quiera comprarla, se nombrará dos avaluadores, uno por mí i otro por los herederos del jeneral Miranda; i en caso de discordancia, se nombrará por ámbas partes un tercero, cuyo voto decidirá la diferencia. Esta librería es jeneralmente estimada por de un gran valor en Lóndres, a causa del esquisito surtimiento que tiene de obras raras, clásicas i selectas ediciones. La coleccion española costaría inmenso trabajo i muchos gastos adquirirla de otro modo; i por tanto creo que será mui conveniente a cualquier país de América esta compra. Con todo esto, como sé la necesidad que tenemos en Chile de dinero para otros objetos mas ejecutivos, no he creido conveniente obligarme a otra cosa que a escribir sobre el particular.
He celebrado esta oportunidad para entablar alguna comunicación con sir John Jackson, i hasta ahora indirectamente con Mr. Vansittart; habiendo tenido el gusto de conocer claramente, por las opiniones del primero de estos señores, que este Ministerio, si no nos es favorable, no procede de otra causa que de los empeños que le ligan con España, i del temor de disgustar a los otros poderes europeos, manifestando que desean tener alguna influencia en los negocios del nuevo mundo. Agregaré a esto también que las nociones que tienen estos Ministros de las cosas de América son mui inexactas, aunque conocen todos perfectamente que el interes de la Gran Bretaña está de acuerdo con la libertad de la América, i todo esto nos da lugar a esperar que, con algún trabajo, tiempo i oportunidad, se pueden vencer estos obstáculos que no son insuperables por su naturaleza. Habiendo encontrado en sir John Jackson un partidario del Ministerio, de excelente carácter, mucha franqueza e inclinación a nuestra causa, me valdré de su comunicación para promover del modo posi
- ↑ Este documento ha sido copiado del tomo titulado Ajentes de Chile en Gran Bretaña, 1818-1826, en el archivo del Ministerio de Relaciones Estertores. (Nota del Recopilador.)