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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo IX (1824).djvu/251

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SESION DE 9 DE ABRIL DE 1824

e componían; no lo verificaron la mayor parte de ellos, hasta la tercera, que di órden a dicho ayudante, que el que no compareciese, me lo presentase a la fuerza. Con este motivo lo verificaron ocho o diez, i enterado particularmente de que no estaban contentos con el sarjento mayor que tenian, les propuse a don Tomas Ovejero para jefe de instrucción, quien creia desempeñaría este encargo en todo el lleno de su estensíon, ofreciéndoles que si no correspondía a mis intenciones o tenian algún motivo de sentimiento, me lo manifestasen, que en el momento seria repuesto otro a su satisfacción; no hubo quién de los presentes contradijese, i sí solo se me pidió que nombrase de jefe del cuerpo al señor de Cotapos; mas, a esto contesté a dichos señores no estaba en la esfera de mis facultades, lo uno por no ser un jefe veterano, i lo otro que la elección de estos empleos es privativa del Supremo Gobierno. Estos han sido los hechos que precedieron en tsta elección, que creo no desmentirán todos los oficiales que se presentaron a rni llamado, i por lo tanto he sido altamente sorprendido de la presente representacion contenida en términos los mas in cor sos contra mi carácter i delicado iñudo de pensar, atribuyéndome miras particulares, que jamas he conocido cuando he tratado en asuntos del servicio. Es cuanto puedo informar a S. E., cumpliendo con el Supremo Decreto ya citado. —Comandancia Jeneral de Armas, Abril 3 de 1824. Manuel Blanco Encalada.

Núm. 370

Señor Ministro:

El Callao está perdido i la capital va a esperimentar la misma suerte. El ejército unido, compuesto en el día de tropas del Perú i Colombia asciende a siete mil hombres, miéntras los españoles traerán diez mil disponibles por lo ménos.

Siempre que el Gobierno de Chile haga un esfuerzo i se verifique el regreso de la espedicion de aquel Estado, compuesta de tres mil hombres i venga en todo Marzo a reunirse a este ejército a las órdenes de S. E., el Libertador, S. E. protesta dar una batalla a los españoles i en todo este año concluir la guerra.

Dígnese US. aceptar el testimonio de la mas alta consideración i distinguido aprecio con que tengo la honra de ser de US. atento, obediente servidor. —Señor Ministro. —Secretaría Jeneral, Cuartel Jeneral en Pativílca a 8 de Febrero de 1824. —José de Espinar. —Al Señor Ministro de Estado i Relaciones Esteriores de Chile.

Núm. 371

Señor Ministro:

El rejimiento de Rio de la Plata, que guarnecia los castillos del Callao, se sublevó el 5 del presente. Despues de mil i mil tentativas para volverlos a nuestro poder, han cometido los sublevados el horrendo pérfido crimen de poner en libertad a los prisioneros españoles detenidos en Casas-matas, entregarles el mando i proclamar al Rei de España, cuyo pabellón enarbolaron ayer en todos los fuertes. Se perdieron, pues, las fortalezas, i probablemente esta capital correrá la misma suerte antes de pocos dias, pues aquí no hai tropas que oponer a cualquiera invasión que haga el enemigo.

S. E., el Libertador, se halla en Pativilca, i nuestro ejército está acantonado en la Sierra. Éste por ahora apénas asciende a siete mil hombres, miéntras el enemigo puede dispener de diez mil. A pesar de esta superioridad, el Libertador está bien resuelto a no abandonar el Perú i a obrar enéticamente para salvarlo. Nuevos auxilios ha pedido a Colombia, i su edecán, el coronel Ibarra, ha ido a Bogotá a conducir cuantas tropas haya disponibles. En esta situación, señor Ministro, los intereses de todos los americanos piden a grandes gritos que todos los Estados hagan esfuerzos extraordinarios para salvar en el Perú los derechos i los intereses de lodos los independientes. Chile, que siempre se ha distinguido en su jenerosa conducta con el Perú, es el que se presentará en esa terrible crisis mas fuerte i animado, i será el primero que se distinga por la actividad que desplega para completar esta obra de libertad.

S. E., el Libertador, me manda presentar a ese Gobierno este estado de cosas i suplicarle que la espedicion fuerte siquiera de tres mil hombres zarpe a la brevedad de esos puertos, i haciendo amagos en Intermedios para hacer creer al enemigo que se dírije a ellos i tenerlo siempre en espectativa e impedir que Yaltlés i sus tropas se dirijan sobre el Norte, i despues de esta falsa maniobra, deben venir volando todas las tropas chilenas al Norte del Callao, o mas bien a Nepeña, para por allí ser incorporadas al ejército del mando del Libertador.

S. E. me manda instar de cuantos modos puedan interesara ese Gobierno para que, tan pronto como sea posible, se dirija la espedicion chilena al Norte del Callao, tocando, pero solo de paso, en Intermedios con el objeto que indico arriba a US., i marchando despues rápidísimamenteal Norte del Callao para incorporarse al ejército de S. E., el Libertador.

Soi de US., señor Mínistio atento i obediente servidor. — Lima, Febtero 10 de 1824. —J. G Pérez. —Al señor Ministro de Estado i Relaciones Esteriores de Chile.

Núm. 372

Señor Ministro:

Hai vehementes sospechas de que los enemi-