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SEOFICIO DE LA JUNTA DE CONCEPCION
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OFICIO DE LA JUNTA PROVINCIAL DE CONCEPCION A LA JUNTA DE
GOBIERNO, EN 10 DE DICIEMBRE DE 1811


La junta de Concepcion pide, entre otras cosas, a la junta de gobierno que autorice a las tropas de esta provincia para dirijirse a la capital con el objeto de protejer al Congreso i defender la causa de la nacion.


Excmo. Señor:

La proclama que V.E. nos remite con oficio de 20 de noviembre último, es una esposicion abreviada de la debilidad i oscuridad de los motivos de la revolucion del 15. Se ha creido acaso en esa capital que los habitantes de las provincias son hombres sin derechos que deben ceder ciegamente a la rabia de sus facciones i a los caprichos de la ambicion; mas este es un engaño. Los pueblos ya piensan; los pueblos saben medir, pesar i estimar la tendencia, la justicia, la importancia, el mérito de las acciones i sucesoso; i, alejados del humo i de los prestijios de las pasiones i partidos, juzgan con imparcialidad i con desinteres. Es verdad que ellos sufren los males de la patria miéntras que son llevaderos, ántes de resolverse a hacerse justicia por sí mismas. Pero ¿quién es el que puede medir los grados de su paciencia? ¿Quién es el que puede fijar el término de su resignacion, ni dictarles reglas sobre la medida de los abusos que puedan o deban tolerar? I, si se resuelven a no sobrellevarlos por mas tiempo ¿quién puede calcular los males de la division, ni prever el fin de los desastres de las disensiones civiles? Si amamos la patria, si queremos precaverlos, solo hai un medio, i es que todos seamos justos, moderados i virtuosos, i que el espíritu público i el bien jeneral sean el principio i fundamento de todas nuestras operaciones.

La revolucion del 4 de setiembre fué una medida necesaria i laudable que precavió los daños que tan visiblemente preparaba al sistema una gavilla de hombres facciosos, ineptos o mal intencionados que, ocupando ilegalmente sus plazas, tuvieron la osadía de instituir un gobierno doblemente ilegal. El pueblo, de quien habian recibido sus poderes, pudo retirarlos i reducirlos al justo número. La fuerza militar hizo el mérito singular de allanar el camino, remover los obstáculos i protejer al ciudadano virtuoso.

Entónces se proclamó la justicia, la necesidad i conveniencia de un gobierno representativo. El nuevo poder ejecutivo lo esplicó en su manifiesto con imparcialidad i sabiduría. La provincia de la Concepcion, que nada mas desea que la tranquilidad i el órden, tan interesantes a los progresos del sistema, se convino en el nombramiento de vocal que hizo por ella ese vecindario, sin que tuviese ni sus poderes ni su representacion; porque, para evitar los males de la division i de la anarquía, era lo mas prudente pasar por lo hecho i esperar que el Congreso reglase el modo de la eleccion , como lo podia hacer en mui poco tiempo.

El Congreso, rejenerado i purgado de los malos jenios que lo degradaban, obró desde aquel dia con patriotismo i actividad, con intelijencia i enerjía. Se conoció por la primera vez que habia un gobierno. El nuevo poder ejecutivo se hallaba en los primeros dias de su infancia, i aun no tenia tres meses de existencia; trabajaba, sin embargo, con dedicacion en el ramo militar i medios de defensa. Este era el estado de nuestros negocios políticos el dia 15 de noviembre, último dia aciago, que ha sido el jérmen de la division, de la con