tigua ▼para que mueran los enfermos i vivan los conventuales i sus patronos. Ya no se pide un castigo ejemplar, como en la querella, basta que se separe al agresor como las temporalidades vuelvan a los ofendidos, no hai escomuniones ni sacrilejios, como en la acusacion, solo reina la caridad, aunque en segundo lugar i despues que se haya satisfecho la que comienza por sí propio; en fin, vengan los bienes que son el bálsamo de la salud i Dios cuide de los pobres ¿qué escándalo, Señor? Lea V. E. ese escrito i, entre el fárrago mas inconexo i desatinado, oirá repetir que los fondos son destinados para satisfacer primero las necesidades de los padres que de los pobres, cuando su instituto los constituye solo para servirlos, cuando son un medio, no el fin de la fundacion i cuando dejarian de ser, si no existiera el hospital.
Pero me ceñiré a sus proposiciones.
Nuestra ▼relijion perece de hecho, es la primera proposicion, i se comienza, para probarla, con una falsedad insigne: dicen que hai trece relijiosos i solo existen en el convento nueve; de éstos sirven siete al hospital, que les paga anualmente mil ochocientos noventa pesos, cuando, con los ochocientos noventa, podria costearse un servicio infinitamente mejor que el que reciben de los padres. Continúa que al provincial se le dan treinta pesos, con los que costea portes, gastos de pleitos i otras innumerables cosas, cuando su antigua asignacion era de diez pesos mensuales i tres reales semanales a los relijiosos; manifieste un solo espediente jirado por él. La casa tiene un abogado pagado, tiene su procurador i no gasta papel ni costas por estar declarada por pobre, siendo remarcable que los letrados de mas crédito la sirven de gracia i aun se empeñan hoi por hacerlo; que al prior, por veinte pesos i raciones, solo se le dan las limosnas de sustento i Espíritu Santo, cuando él lo solicitó i obtuvo a su ruego el cambio, porque sabe bien que producen mas de cincuenta pesos, tanto que en sus mismos libros se datan de treinta a treinta i cinco pesos despues de pagado el cobrador, que es el octavo en los existentes. Que los relijiosos curan de cirujía, hacen aplicaciones tópicas i milagros, i el hospital está pagando médico i cirujano separados i tendria con seis u ocho pesos mensuales practicantes que dejan de formarse con daño del Estado, por mantener hombres ineptos que ni aun leer saben, inaplicados i sin principio alguno; se quejan de que no se mudan, no siendo infatigables ni inmortales; ojalá hicieran medio trabajo de un hombre regular ¿Pero con quien han de mudarse? Son nueve; hai empleados ocho, incluso el limosnero ¿dónde están los subrogantes?
Solo quedan dos sacerdotes ejemplares: el presbítero Troncoso i Vázquez, que, por no ser testigos de la degradacion de sus hermanos, vive el primero en casa de los Ipinzas i el segundo en un miserable aposento de las salas, entregado todo al servicio de Dios i el prójimo; que mas querria el ▼hospital que hombres como éstos; ellos nada piden, pero todo seria poco para pagarlos. Confórmense los padres con esos ejemplares i serán dueños de las temporalidades i del corazon del público. Se alega que no pueden correjir porque no se les mantiene; ya ha visto V. E. que ocho están mantenidos con lo que en vida común seria para veinte. Son nueve, i en dándomelos correjidos o a lo ménos subordinados, serán dotados i les daré las gracias. Luego la correccion pende de los correctores; pero la correccion comienza por el ejemplo, i yo tiemblo de decir el que dan los prelados a su comunidad; pero en caso necesario se probará sin salir de la misma casa.
Siguen declamaciones sobre el falsísimo principio de que no están alimentados, injeriendo el principio favorito de que los fondos son comunes al hospital i los padres; cuantos administro son dótales del hospital: hacienda, censos, novenas i las limosnas mismas i cofradía, son del hospital. Tengo a la mano sus fundaciones i ellas desengañan al verlas; porque si se nombran alguna vez los padres es como meros sirvientes; dejaron de serlo por su mala versacion, luego, ni el nombre les cabe en los fondos. Pero quiero mas que fuesen dados a la Comunidad i la Comunidad, ¿por qué se instituyó i existe? Ellos i su fundador responden que para servir a los pobres, luego los pobres son el fin i ellos solo un medio; luego, en dejando de serlo, nada tienen que ver ni haber; así ha sucedido por sus desarreglos, relajacion i gravaciones, luego en ningun evento pueden pretender las rentas.
Se alega que vendieron la custodia para mantener el hospital, i yo repongo, que la he recojido, la tengo en mi poder i que se iba a cerrar cuando fui llamado a servirlo, i sin vender nada ni aumentar su capital, ha sobrado para mantener mas que doble número de camas con primor, asalariar los relijiosos con el exceso demostrado, i que hasta ahora no se haya negado la hospitalidad a un solo doliente que haya ocurrido; pero sobre ese artículo preciso tienen que responder, tanto de las alhajas de Concepcion que se trajeron como probar la inversion de las de esta casa.
Vamos a la segunda proposicion, i es:
"La proteccion que a ésta se prestaba ya ha pasado la línea divisoria hasta la usurpación de nuestras inmunidades i prerrogativas i de nuestros derechos a las temporalidades i a su inversion que por nuestro sagrado instituto debemos dar en beneficio de la porcion mas digna de la caridad cristiana." El ataque se dirije a dos puntos: a la inmunidad real i personal i a los derechos a las temporalidades i su inversion. La primera parte se prueba con la célebre informacion batida. Pero escuche V. E. el hecho.
Como ignoraba a mi ingreso los usos de la casa, permití el primer año la funcion del Patriarca en las salas; pero a vista de sus consecuen