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SENADO CONSERVADOR

de un párroco i sus tenientes, deben sin duda inclinar a su favor el ánimo ménos atento.

También, cree este Ayuntamiento, seria mui conveniente proporcionar del modo posible a estos infelices labradores los bueyes e instrumentos de labranza, precisos para el cultivo de sus fundos. Ya he dicho a V.E. que causa tédio i tristeza ver el estado de estas campañas. Sus pobladores han quedado inhábiles para adquirir el pan de sus hijos, porque todos sus útiles i animales se los han quitado los vándalos. I ¿qué podremos prometernos de unos hombres que, no teniendo como alimentarse, se miran ya iniciados en la escuela de los crímenes? ¡Ah, señor! Cuando su inclinacion no los llevase a ejecutar los mismos horrores, los precisaría sin remedio su propia necesidad. Nuestros triunfos de nada nos habrían servido. En vano habrían vertido su sangre los valientes héroes de la patria, i nuestras lágrimas no harían sino humedecer el laurel que diariamente crece sobre sus tumbas.

Sí, Señor Excmo. el Cabildo de Chillan conoce a fondo los males que pueden ocasionar en su partido la miseria i escasez. Está interesado en la prosperidad de la patria i quiere no dejar escapar la bella situacion en que se hallan estas comarcas, para volver a la paz que reinaba anteriormente en su seno. Por eso es que se interesa tanto con V.E. por conseguir sus designios, no obstante que conoce los apuros de los fondos públicos.

Si no es dable al presente hacer una erogacion cual se necesita, hágase, al ménos, la que se pueda. Repártanse algunos pocos animales que pudieran conseguirse por donativos en las provincias opulentas de la otra parte del Maule. Si aun esto es difícil, distribuyase una pequeña porcion de granos, pero hágaseles entender que, en cesando las urjencias de la guerra, se procurará por todos modos la indemnizacion de sus perjuicios. Destínense anualmente por algún tiempo, algunas sumas, aunque cortas, del tesoro nacional. Cómprense con ellas, bueyes u otros animales, i en los aniversarios de nuestra rejeneracion política, distribúyanse a los mas perjudicados e indijentes, por medio de sus respectivos jueces, o por suerte entre todos. Háganse siquiera publicar estas promesas, i veremos, señor, mudado el espíritu de estas jentes. Conocerán sus pasados errores, i abrazarán gustosos un sistema que, a mas de ser justo, cuida tanto de su felicidad.

Si es tan triste el estado de esta campaña i sus labradores, no es ménos lamentable el de este pueblo i sus vecinos. En sus casas no se ven sino simulacros de indijencia. Su jiro comercial está reducido a diez u once individuos que han logrado la suerte de que les fien algunos efectos los comerciantes de la capital. Su espendio es ninguno, por el corto número i suma pobreza de los consumidores. Los precios a que se les fia son siempre mayores del corriente, i su utilidad, por lo mismo, viene a ser casi ninguna, despues que todos ellos han sufrido los atrasos que son consiguientes a las vicisitudes de los nueve años que llevamos de guerra.

Seria, por lo mismo, de la mayor trascendencia que ese respetable majistrado los libertase por algún tiempo del derecho de la alcabala. Esta gracia que solo minoraría la entrada de ciento setenta pesos u ochenta anuales, entre los vecinos que designa la adjunta lista, serviría a halagar las empresas de estos principiantes; resarciría de algún modo sus perjuicios i se fomentarían unos vecinos patriotas de Chillan que, con sus conocimientos i relaciones mercantiles, irían poco a poco atrayendo i fomentando a los mismos labradores; se facilitarían los canales que ha obstruido la presente crisis, i en breve habría reportado al Estado chileno, la ventaja de ver en su estado primitivo a un territorio que le daría entónces en un año ingresos mas grandes que lo que habia dejado de percibir en los años anteriores. V.E. habría tenido la gloria de hacer feliz, a una parte no pequeña de la nacion, i los agraciados sabrían bendecir diariamente la prudente liberalidad de tan dignos padres de la patria.

En vano seria, señor, querer aglomerar reflexiones, que fundamenten la certeza de estos asertos, cuando se profieren ante un majistrado en cuyo seno se ha concentrado la justicia i la política. Este Cabildo omite, por lo tanto, recordar a V.E. que en la ruina última de Penco, concedieron los tiranos a su habitantes la franquicia de derechos por diez años; i prescinde un parangon de aquella desgracia, que no puede nivelarse con la que lloramos en el dia. Pero queda confiado haber llenado por su parte los deberes de su instituto, i se congratula del feliz éxito de sus pretensiones, cuando considera que V.E. va a ser el que gradúa i decida la justicia. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Sala Capitular de Chillan, Enero 31 de 1821. —Pedro Ramón de Arriagada. —Juan Tiburcio de Acuña. —Ramón Lantaño. —Antonio Vargas. —Juan Miguel Olivares. —Juan de Dios Jiménez. —Antonio Riquelme. —José Antonio Zuñiga, procurador jeneral. —Señores del Excmo. Senado del Estado de Chile.


Núm. 64


Lista de los vecinos de la ciudad de Chillan por quien suplica este Cabildo al Excmo. Senado la gracia se liberten de la alcabala, i son los siguientes:

Primeramente. Los suscritos en el oficio que con esta fecha pasa.

It. Don Salvador Contreras i don José Antonio Villalobos.

It. Don Juan Contreras i don Juan Manuel Lopetedi.

It. Don Alejandro Contreras i don Cirilo Zúñiga.