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248 CONGRESO NACIONAL

entre los proyectos de demarcación de la Comision del Gobierno i del Senado. Por los motivos espuestos con fundamento por esta autoridad, en su nota del 13 de Junio de 1823, ni debe pensarse en la manera que se babia formado la división, dejando intermedio de una provincia al Maule. Tampoco debe seguirse la distribución en los solos departamentos que dejó la Comision. Ya el Senado, en su citada nota, se hace cargo de las razones de política i de conveniencia pública que le obligaron al aumento de las provincias en el territorio de la de Santiago. La Asamblea acepta aquellos fundamentos, i los repite.

La provincia de Concepción se conforma con el plan del Senado, con sola esta variación, i es que el deslinde del 5.º i 6.º departamento sea el rio respetable de Ñuble, desde su nacimiento de la Cordillera hasta la confluencia con Itata, siguiendo el curso de este gran rio a su embocadura en el mar. No hai aspecto por donde se mire esta división que no sea ventajosa a los dos departamentos. El 5.º reconoce por su territorio a las delegaciones de Lináres, Parral, San Cárlos, Cauquenes i Quirihue, partidos de vasta estension i de una feracidad privilejiada; sus terrenos disponen comodidad para toda clase de crianzas i para la industria agraria; parte son quebrados i otros llanos; las haciendas, pingües; sus propietarios, ricos; puertos de mar i secos, ya es visto que los tiene; la nueva Bilbao, villa que, aunque recien establecida, demuestra adelantamiento, es la que está al mismo puerto ya traficado.

El 6.º departamento queda en este caso con Chillan, los Anjeles, Rere, Puchacai, Lautaro i Coelemu. La topografía de las últimas cuatro delegaciones hace ver que todos ellos son terrenos quebrados, aparentes para unos destinos, pero inaplicables para muchos de los mas necesarios. ¿Quién que haya visto a Coelemu no confiesa su esterilidad i porcion de terreno inútil e incapaz de hacerlo fructificar? ¿Quién que mire a Rere no ve quebradas inaccesibles i barrancas, cuya abundancia i grandor inutilizan muchas partes de las haciendas? ¿Quién no asegura que, si al departamento de Concepción se le separa Chillan, no debe contar con mas terreno plano que el de los Ánjeles? La Asamblea sabe mui bien que los deslindes no son una barrera para las relaciones de unas i otras provincias; pero observa que a cada territorio se le debe dar cuanto necesite para su comodidad, industria i adelantamiento. Se advierte que, en los últimos cinco partidos, es decir, en los Anjeles, Rere, Puchacai, Lautaro i Coelemu, no hai grandes propietarios; sus fortunas no pasan de medianas en unos i de escasas en los mas; en conclusión, sin Chillan queda miserable el departamento de Concepción, i jamas podrá consolarle una esperanza, que, aunque probable, no es segura, i en todo caso, mui remota.

Veamos el negocio por otro respecto. Tirada la divisoria del 5.º i 6.º departamento por el Diguillin, como quiso el Senado, la línea desde las confluencias con el Itata hasta el Biobío es ideal, sin demarcaciones naturales. Queda la ciudad de Concepción de capital con todo lo pingüe de la provincia, i no proporciona a sus vecinos la facilidad de sus recursos; desde el Maule hasta Concepción tienen que ocurrir a elevar sus quejas, tiene, en fin, algunos otros vicios que se nos dispensará puntualizar.

Si la línea se tira por el Diguillín, entrando en Itata hasta el mar, como propone el Gobierno en su respetable comunicación citada, le obstan las reflexiones que ántes se han manifestado; queda entónces el departamento de Concepción sin Chillan, reducido a los Anjeles, (disminuido grandemente en sus brazos i esterminado en sus fortunas, sin poblacion ni habitaciones por ahora, todo desierto i abandonado), a Rere, Puchacai, Lautaro i Coelemu, cuya descripción territorial i demás calidades no pueden hacer jamas por sí solas una provincia que no sea menesterosa.

La Asamblea pone en consideración del Gobierno otros inconvenientes: primero, que la línea por el Diguillin corta por mitad a la delegación de Chillan, cuando la del Ñuble designa sus linderos establecidos i respetados por los pueblos vecinos. Segundo, que, quedando Chillan en el quinto departamento, son espuestas las solicitudes sobre preferencia de asiento para la capital o pueblo cabecera. Aspiraciones manifestadas ardientemente son las que hacen conocer que Cauquénes pretende derecho, por la situación jeográfica que ocupa; es seguro que no le cederá este derecho Chillan que, por otros títulos, se considera acreedor. Los resultados de esta competencia en el negocio de mas interes que se puede presentar a los pueblos, no pueden dejar de ser funestos, aun despues de estar planteada la capital. La línea por el Ñuble, como hace quedar a Chillan en el sesto departamento, evita estos males. El pueblo de Chillan jamas puede rivalizar al de Concepción, que fuera de otros muchos títulos, tiene el de la costumbre de ser reconocido por capital desde su creación Tercero, que Chillan, mirado como frontera oriental, i por todo espuesta a incursiones de los indios, debe quedar bajo el mando civil i militar de Concepción. Cuarto, que la línea del Ñuble se conforma mas bien con el proyecto de la Comision de Gobierno; i aunque ella halló también proporcionada la distribución dando por deslinde la línea divisoria de San Carlos i Parral, dejando así aquella delegación al sur, fué en el concepto de que tomaba al norte la de Talca.

Pero convenido en que no debe quedar intermedio el rio del Maule, asígnesele en horabuena, que es mui justo, la delegación de San Cárlos i divida una i otra provincia el rio Ñuble hasta el mar con Itata.

La Asamblea no tiene que esponer cosa en contrario, a que se llamen provincias en lugar de departamentos; ni sobre que se nombren simplemente gobernadores sus jefes; aunque advier-