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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXVIII (1840).djvu/20

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14 COMISION CONSERVADORA

mienda la codificacion; i haciendo del jurisconsulto avezado, los apercibe contra la inesperiencia del Juez del Crimen; manifieste, finalmente, que el Fiscal ha procedido exabrupto en su acusacion; pero no le suponga implícitamente un vil instrumento de los antojos del Gobierno, pues nadie podrá creerlo de un individuo que como abogado i como juez ha demostrado honradez i rectitud intachables. Es bien notoria la pureza i sanidad de intenciones de los ministros para que ningún hombre sensato admita por un instante la absurda i audaz suposicion de que ellos hayan fraguado semejante causa para incomodar i oprimir al señor Benavente, para perseguirle, como dice en su alegato el señor Licenciado, con ese odio feroz que no ahorra ocasiones ni medios de arruinar su buena reputacion, su fama, su honor, i hasta su misma existencia. En vano inventa ese atrabiliario defensor que las declaraciones de sama i Bazan han sido sujeridas por los enemigos del señor Benavente, i que les ha valido una regalada existencia; porque lo primero carece de todo fundamento, i ántes bien es mucho mas natural que siendo aquellos unos hombres malvados i corrompidos depongan falsamente si se quiere, sin reparar nada, contra el señor Benavente a fin de mejorar ellos su causa i ponerse a salvo del castigo que merecen. Lo de la regala da asistencia, fuera de ser mui falso, nada probaria a su propósito, pudiendo ser suministrada por amigos o benefactores de los declarantes, o sea por enemigos del señor Benavente, aun de entre varios desafectos al actual Gobierno.

La acusacion, pues, del señor Fiscal, contra el señor Senador, estamos seguros que ha sido mui espontánea i esclusiva de su ministerio, i que si un celo talvez indiscreto le impelió a hacerla, no hai por que complicar odiosamente en ella a los ministros.

Concluiremos como el defensor del señor Benavente, que recomienda al Fiscal su celo en perseguir a los calumniadores; estrañando mucho que este Ministro de Justicia, haya dejado de tenerlos para reclamar contra la impávida, nécia, ridicula, incongruente, i sobre manera temeratia asercion del L. Carvallo, de haberse desvelado él mas de tres noches, cuando se tenía preso al señor Benavente en el cuartel de policía, temiendo que el veneno, o el puñal de un asesino pusiese fin a su existencia.