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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXV (1836-1838).djvu/173

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SESION DEL 29 DE AGOSTO DE 1836

tracion chilena? ¿Qué valdrán la moderacion i la prudencia con que en todas épocas ha querido caracterizar su política, si una provocacion tan espontánea, tan desmerecida, tan gratuita llega a trastornar los planes benéficos que ha tratado siempre de seguir en sus relaciones esteriores? Ha buscado constantemente la paz i la anhela en el dia, porque no ha entrado jamas en sus cálculos atacar los derechos ajenos, ni distraer un solo momento su atencion de las necesidades interiores de la República; pero, si sus derechos propios son atacados, si el mayor de los peligros, que es el que amaga a la seguridad, reclama sus esfuerzos para salvar ante todo la Nacion, si el honor nacional demanda no ser empañado con una sola mancha, qué aliente en lo sucesivo a los enemigos de Chile para exijir de nosotros injusticias i humillaciones, entónces i solo entónces se envolverá en un compromiso desagradable que ha procurado evitar, pero que ni el deber ni la dignidad le permitirán eludir, si no hai otro medio de salvacion para los grandes intereses confiados a su celo.

¿Ni quién, conociendo la política que conviene a Chile, podrá suponer que emprendamos esta guerra si no somos forzados a ella por la temeridad del Gobierno del Perú? Un pais separado de nosotros por mares i desiertos, ¿qué objetos halagüeños puede ofrecer a nuestros ojos, para que empleemos nuestros recursos en llevar a él caprichosamente nuestras armas? Nosotros no podemos tener con aquella nacion mas que las relaciones naturales de amistad i de comercio, i para establecerlas i promoverlas, ni es prudente ni es preciso recurrir a tan desesperado remedio. Esas relaciones han estado alteradas por algunos años, i sin embargo de tal alteracion, el Gobierno de Chile no ha manifestado jamas la mira de comprarlas al caro precio de una guerra, sino que ha dejado su restablecimiento a la accion del tiempo i de la esperiencia.

Pero, si el Gobierno léjos de provocar a la guerra ha procurado evitarla, si para proceder de acuerdo con la moderacion que siempre ha manifestado en sus principios, se complacería en asegurar a la Nacion por otros medios ménos violentos, de los ataques que pudieran diríjirse en lo sucesivo contra su reposo i contra su Independencia, i en conservar ileso su honor, no por eso permanecerá en una criminal inaccion desde el momento que se haya manifestado la intencion de hostilizarla. Persuadido de la importancia de este deber toma todas las providencias necesarias, para que la plaga, que no sin razon tememos, no nos sorprenda en el estado de debilidad a que nos tendría reducidos una imprudente confianza. Sus deseos, como los deseos de todos los buenos, se dirijen a que no tengan empleo estos preparativos, que hasta ahora no son sino de pura precaucion, i que la ventaja que se reporte de ellos no sea el hacer con nuestros enemigos una prueba gloriosa de nuestra fortaleza, sino el presentarnos a ellos con un carácter respetable, que facilite sin desastres i sin sangre la salvacion de los derechos que se hallan hoi cercados de peligros. Si, como es mui de temerse, este voto laudable no se llena, si son vanos todos los esfuerzos hechos por la paz, si el honor i la seguridad de Chile no permiten desentenderse de un reto injusto, se hará de esos aprestos un uso altamente repugnante al carácter de un Gobierno que ha tenido siempre la armonía por norte de sus relaciones internacionales; pero al recibir una guerra que no ha buscado, mas que está resuelto firmemente a no eludir de un modo indecoroso, i que segun todas las probabilidades tendrá que emprender, gozará a lo ménos este Gobierno la satisfaccion de presentarse ante el mundo con la justicia que acompaña siempre al que recurre a las armas, a consecuencia de una provocacion estraña, i no por llevar a cabo miras innobles, sino por cumplir con las obligaciones mas sagradas.


Núm. 192

Esta Cámara, conforme con el acuerdo de la de Senadores, ha dispuesto reunirse el 30 del presente mes, para verificar el escrutinio de la eleccion de Presidente de la República, en el lugar i hora que se sirve V.E. indicarle en su apreciable nota, a que contesto.

Dios guarde a V.E. Cámara de Diputados. —Santiago, Agosto 29 de 1836. —J. Vicente Izquierdo. José Santiago Montt, diputado-secretario. —Al señor Presidente del Senado.


Núm. 193


Memoria que el ministro de estado en el departamento del interior presenta al congreso nacional.

En la memoria de 28 de Agosto del año pasado, hizo mi antecesor a las Cámaras una exposicion de las principales necesidades del Estado en el Departamento del Interior, i de los primeros i mas importantes trabajos que estaban designados al Gobierno para proveer a ellas i adelantar gradualmente la grande obra de nuestra rejeneracion social, de acuerdo con los representantes del pueblo chileno.

Entre estos trabajos, el que aparecía como de mas urjencia era la Reforma de nuestro sistema judicial. El Gobierno encomendó a un Senador distinguido por su celo patriótico i sus estensos conocimientos, la redaccion de un nuevo reglamento de administracion de justicia i organizacion de tribunales. La parte relativa a los pro