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CÁMARA DE DIPUTADOS

Núm. 237

Esposicion que hace don Isidro de la Cruz para que a su tenor informen las personas que espresa:

Desde el año de 1810 soi un patriota, el primero quizas de Talca i aun de mi familia. Desde aquellos aciagos dias, desde las primeras turbulencias que ajitaron i pusieron en movimiento el espíritu de libertad e independencia de los chilenos, me consagré al servicio de mi patria, me dedique a protejer en lo posible la causa santa, empeñé no tan sólo mis fuerzas, mas aun las que podia reconquistar, i destiné la regular fortuna que entonces poseia a ese mismo fin. El primer empleo que ocupé fue el de capitan de: milicias i comencé por desempeñar las diferentes comisiones que los Jenerales Carreras i Gobernadores me daban. Luego que el enemigo se movió de Concepcion para el Maule, fui nombrado comandante de las guardias de este punto; aquí estuve hasta el ataque de Yerbas Buenas adonde fuimos con los Jenerales don Luis Carrera i don Luis Cruz. Siguieron en adelante mis comisiones conduciendo ya municiones ya caudales al ejército, i en una de estas correrías fui atacado en Quirihue por el enemigo para quitarnos los caudales que conducía a nuestro ejército situado en el Membrillar, hallándose presente el que era Presidente jeneral don Joaquin Prieto.

Acompañé al Plenipotenciario señor don Ignacio Cienfuegos que fué a deponer a los Carreras a Concepcion para que tomase el mando el capitán jeneral don Bernardo O'Higgins. Cuando Elorriaga se introdujo i posesionó de Talca, llevábamos por segunda vez caudales al ejército del Membrillar, los que casualmente se salvaron i condujo el jeneral Rivera.

Yo partí con la division a las goteras, de aquel Pueblo para entretener a nuestro enemigo común i al efecto nos tiroteamos hasta que cerró la noche, perdiendo, mi equipaje. Inmediatamente nos dirijimos a Curicó i despues a San Fernando a esperar la tropa del Jeneral Blanco; fui incorporado al Rejimiento del señor Senador don Ramon Formas i en seguida sufrimos el contraste de Cancha Rayada. De aquí marché para la capital desde donde retrocedimos a incorporarnos con el ejército del Jeneral O'Higgins que se hallaba en Quechereguas, donde vatio a Gainza, despues de cuya accion se siguieron los tratados.

Me retiré, a consecuencia de ellos a restaurar de algún modo los crecidos gastos i pérdidas que había tenido, principalmente la ocasionada en el saqueo que se me hizo de mi casa, finca i tienda de comercio cuando fui a San Fernando. Principiando a trabajar estaba, i al poco tiempo se movieron los Jenerales Carreras i tomaron el mando de esta Capital; vino el ejército a ésta i tras de él el del enemigo, de donde resultó la derrota de Rancagua, sin que hubiese hasta aqui tirado sueldo ni recompensa de ninguna clase por mis servicios.

Los que escapamos de este desastre emigramos a Mendoza, esperimentando contratiempos, fatalidades i todo jénero de privaciones. Allí se me confiaron varios negocios de importancia en beneficio del País, hasta que por último fui enviado al espionaje con los finados Villota i Perales, quienes fueron víctimas del enemigo, libertándome yo milagrosamente. Para esa misión no se nos dió mas que unos cortos recursos para el tránsito de las Cordilleras que entonces estaban cerradas; se acabaron pronto i para continuar unas ajencias tan peligrosas i costosas, me fué preciso empeñar i comprometer mis créditos, de tal modo que despues tuve que vender mis propiedades para cubrir. Luego que recibí el aviso de que nuestro ejército se aproximaba a Chile, corrí al instante a encontrarlo, repartiendo ántes a los patriotas de confianza las correspondientes noticias para que ocuriesen a engrosar la tropa del capitan Jeneral don Ramon Freire a quien acompañé hasta que entró a Talca, Siguióse despues la emigracion del año 18; serví al lado de los Jenerales O'Higgins i San Martin hasta la gloriosa victoria de Maipú en que se sacudió completamente el yugo que nos oprimía.

Aquí parece terminaría la serie de padecimientos que en dtfensa de mi patria sufrí: Nó, continuaron de otro modo: En la espedicion que se hizo al Perú, aunque no fui personalmente, quise tener parte poniendo al hijo único baron que tenia. En la clase de cadete marchó i en un impreso que vino en aquel entonces se supo que al mando del Jeneral Campino habia tomado la guarnicion de Jauja. Por su valor i méritos ascendió luego a capitan i en la retirada de Moquegua fué muerto por los enemigos.

Seria supérfluo e inútil enumerar con exactitud otras circunstancias no ménos tristes que durante la guerra de la independencia fueron consiguientes a las pesadas comisiones que se me conferian. Por una parte me difundiría demasiado i por otra es innecesario porque creo soi bastante conocido, i patriotas contemporáneos existen muchos: todos los Gobernantes han sido sabedores de estos hechos como también que mi honradez, conducta i patriotismo no dió la menor nota jamas.

La pérdida de mi hijo i de mis intereses que ahora fueran el báculo de mi vejez: los trabajos personales en una revolucion tan sostenida, azarosa i dilatada: mi existencia mil veces espuesta a perecer, todos estos fueron los resultados de mi decidida adhesion por la independencia del País. Nunca he pedido recompensa por mis servicios, ni remuneracion alguna por mis pérdidas. Yo no he delinquido jamas: como hombre libre, si he tenido opinion no la he empleado en cosa que pueda perjudicar al orden. —Isidro de la Cruz.