ligroso i aun difícil improvisar el personal de una escuadra, por eso nos causa satisfacion saber que nuestros jóvenes compatriotas han principiado su aprendizaje a bordo de las naves de su ▼Majestad Británica. I sin embargo de que ganaremos en esa práctica con tan buenos maestros, nos parece que las goletas nos servirían aun para ejercitar en continuos viajes a nuestros guardias marinas i tenientes, que acompañados de buenos profesores, podrían ejercitarse en levantar planos de nuestras caletas i puertos, en esperimentos físicos, en las maniobras i en los ejercicios de artillería.
Mui conforme tambien estamos con la idea del señor Ministro con respecto a la direccion de marina: nos parece una creacion cuyos resultados redundarán en beneficio del país. Solamente creemos que debe meditarse mucho el nombramíento de sus miembros i hacerlo luego porque lo que se puede hacer hoi, no es bueno dejarlo para mañana. El servicio de la marina necesita actividad, mejoras i reformas.
En fin, no creemos que falten marineros en Chile i si faltan, es porque se quiere o se ha querido. Los artesanos forman la guardia cívica i soportan esa carga: bajo el mismo pié fórmense batallones, compañía de marineros, carpinteros de ribera i fleteros i habrá una masa de individuos a quienes, si se le dispensa el otro servicio, se les puede exijir éste. Haya justicia distributiva en los turnos, no se levanten estos cuerpos solamente en Valparaiso; hágase estensiva esta providencia a Copiapó i Coquimbo, a Maule i Talcahuano, a Valdivia i Chiloé i creemos que no faltarian marineros. Esta no es cosa nueva: es poco mas o ménos la matrícula española.