Núm. 170[1]
Con placer insertamos en nuestras columnas la continuacion de las elucidaciones sobre ▼Bancos, con que el señor Fragueiro nos ha favorecido: la materia es de suyo interesante i propicio el momento. El público en jeneral manifiesta el mayor interes por la realizacion de un Banco, i la mocion del ▼Diputado ▼Toro para la creacion de un establecimiento de ▼crédito, ha venido a hacer de los Bancos la cuestión del dia. Pero ni la mocion del señor Toro, ni las enmiendas que pueda esperimentar, servirán para establecer uno sólidamente sin que el público, cuya opinion ha de influir en el éxito de las operaciones de crédito, tenga nociones exactas sobre la naturaleza de sus ▼transacciones, sus límites naturales i su manera de proceder. El señor Fragueiro ha querido derramar alguna luz sobre la materia ántes de proceder a presentar un proyecto de Banco que obviando los inconvenientes que suelen embarazar esta clase de establecimientos, i basándolo sobre cimientos indestructibles, concibe los intereses de la ▼Nacion en jeneral i promueva la circulacion, sin que pueda incurrir en abuso alguno de aquellos que hacen fracasar estos establecimientos.
Las ideas del señor Fragueiro, si bien se separan en puntos capitales ya del proyecto del señor Toro, ya de la práctica ordinaria de los Bancos, están apoyadas en principios tales que empiezan hoi a ser tácitamente reconocidos por todos los ▼financistas de nota, aunque la práctica vaya desviada de ellos. Pueden servir de muestra las ideas emitidas por Sir Roberto Peel, al proponer la ▼reforma sobre Bancos en Inglaterra, de que dentro de poco daremos cuenta.
Muchos de los principios enunciados por aquel célebre ▼Ministro estaban formulados en las anteriores publicaciones del señor Fragueiro; i si de algunos de ellos no cree oportuno el Ministro ingles llevarlos a la práctica, es solamente juzgando que conviene mejor en una sociedad vieja (en Inglaterra) echar mano de los instrumentos co nocidos, que introducir otros nuevos, como podria hacerse en una sociedad nueva. Ahora esta sociedad nueva, donde no hai antecedentes que destruir i en la que pueden ponerse desde luego en práctica los principios reconocido en la teoría, es Chile cuando trata de establecer un Banco Nacional i las ideas del señor Fragueiro llenan completamente este desiderátum, como será fácil conocerlo bien pronto.
De todos modos, creemos del mayor interes toda idea que tienda a fundar un ▼Banco Nacional sobre bases sólidas; i en este sentido, ninguna discusion de principio, ningun proyecto de práctica, es inútil en momento tan importante. No es obra de un decreto ni de una lei, la ereccion de un Banco Nacional; i mucho hemos andado con sólo la idea de crearlo i las discusiones que orijinarán. La prisa en materia tan grave puede ser perjudicial, i los lejisladores deben darse cuanto tiempo exija una grave i madura discusion para adoptar las medidas mas conducentes al sólido establecimiento de un Banco.
Núm. 171 [2]
Dijimos que actualizar un producto distante i lejano, o hacer presente un producto futuro, era el gran beneficio que los Bancos, usando del crédito, proporcionaban a las localidades en que se establecían. Mas siendo este resultado tan favorable a la sociedad, conviene mucho averiguar el oríjen de ellos, i la parte con que los Bancos concurren en las ventajas del crédito.
Necesitamos para esto, hacer un nuevo exámen de las ▼operaciones de depósitos, remesas o letras de cambio, i emision; aun con el riesgo de repetir algunos conceptos que hemos manifestado ya al tratar de cada una de ellas en su respectivo lugar.
Parece indudable que en la operacion de depósitos toda persona o corporacion es igualmente hábil para hacerle dar sus resultados. Si se recibe sin interes un dinero que estaba inactivo, si si se da a interes, es claro que se activa la circulacion i se hace una ganancia, cualquiera que sea la mano que reciba o dé. En este movimiento todo lo que se ha hecho, es poner en jiro un dinero que no habria circulado, sino algun tiempo despues, o lo que es lo mismo, se ha hecho presente lo distante.
Lo mismo pasa en las ▼remesas o letras de cambio. Si el dinero existente en la plaza A vale en ese mercado, por cualesquiera circunstancia, mas que en la plaza B; toda persona o corporacion a quien pertenezca, o que pueda disponer del primero, lo cambiará con ganancia, en tiempo o en dinero, por el segundo, i habrá procurado un medio de reproduccion al capital que solicitaba el cambio.
En esta operacion, como en la anterior, se actualiza un valor distante, o se hace presente lo futuro. Con estas operaciones, cualquiera que fuese el ajente de esos movimientos, se habria aumentado el fondo de depósitos i el de cambios, con provecho para la reproduccion. De manera que, aun siendo una caja u otro local el que contuviera el fondo de depósitos i de cambios, i cualesquiera que fuese la mano o el instrumento que sacara i pusiera en ella el dinero, el resultado seria idéntico.
- ↑ ▼artículo ha sido tomado de ▼El Progreso del 14 de Setiembre de 1844, núm. 573. —(Nota del Recopilador).
- ↑ Este artículo ha sido tomado de El Progreso de 1844, núms. 573, 574, 580, 585, 586 i 589. —(Nota del Recopilador).