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SESION EN 10 DE SFTIEMBRE DE 1845

subroguen a los que dejan el destino por otro. La segunda observacion es sobre cuarenta i cuatro pesos señalados para gastos de escritorio de los Tenientes administradores que hai en los puertos de Lirquen, Tomé Colcura i Penco.

El señor Egaña. —Permítame señor, interrumpirle para no perder tiempo. En el Presupuesto no consta que hai esos tenientes administradores.

El señor Presidente. —Si, señor, los hai, i son precisamente los que tienen que intervenir en el despacho de los buques que arriban. Allí todos los buques van a cargar maderas i otros frutos, i estos tenientes administradores son los que hacen de factores i como a ninguno se ha señalado sueldo, se les abona siquiera esta pequeña suma para gastos de escritorio; porque debiendo despachar lo¡ rejistros, pólizas, etc., cada vez que hai un cargamento no era regular gravarlos hasta con el papel, despues que prestan sus servicios sin interes alguno. Llegan buques a esos puertos, tienen que cargar, i por la intervencion que emplean en esto debe abonarse esta pequeñez para esos gastos indispensables; porque de lo contrario mayor seria el perjuicio que hubiese, pues en tal caso seria necesario nombrar Tenientes de Ministros o administradores con un sueldo correspondiente a estos destinos. En el Tomé entran mas buques al año, i allí hai Teniente administrador rentado; pero en los demás no, i a todos los otros se les dan los cuarenta i cuatro pesos al año para gastos de escritorio; que repartidos entre los cuatro, sólo viene a ser once pesos los que toma cada uno. Yo creo que es indispensable aprobar este gasto tan necesario i tan poca monta.

El señor Egaña. —Me parece que dándose ahora por primera vez la esplicacion de lo que son estos funcionarios, no se puede culpar por la observacion hecha porque cosa mas justa que le que propuso la Comision sin tal dato no puede haber.

Pero lo que me admira es que sólo ahora se haya venido a hacer tal esplicacion no habiéndose hecho ni por el mismo señor Ministro de Hacienda.

Hasta ahora se creia que para estas ocupaciones se nombraba un guarda; mas ya ve que no es así, i no me opongo al gasto de que se trata.

Esto es por lo que hace a la partida de cuarenta i cuatro pesos para gastos de escritorio.

Por lo que toca al ausiliar lo que puedo decir es que no ha habido quien quiera dejar de servir por veinticinco pesos; lo que verdaderamente no ha habido es quien ofrézcalos veinticinco sino treinta.

Esto no me parece justo: ni debe despreciarse la observacion por ser corta la cantidad de que se trata, porque cada vez que se encuentra una cosa inútil, es preciso no dejarla subsistir.

Por esto creo justo que se reduzca a trescientos pesos el sueldo de este oficial ausiliar.

El señor Presidente. —Es mui sensible que no se hubiese dado esplicaciones a la Comision para haber ahorrado una observacion inútil; pero ello es cierto que entre el número de puertos menores se encuentran los de que tratamos i si los administradores no ganan nada ni ocasionan otro gasto ¿por qué no se les habia de dejar el de cuarenta i cuatro pesos al año, habiendo buques que llegan hasta esos puertos?

Su negociacion en ellos deja ventajas al pais; i si es así, por once pesos al año que se pasan a cada funcionario no se deben perder.

Por lo que hace al ausiliar, yo no sé si hubiera quien quisiera admitir el destino por trescientos pesos, como se dice; pero ha habido quien lo renuncie, i entónces el Gobierno ha tenido que dar la cantidad de trescientos sesenta i cinco pesos, que es lo que la lei permite.

Mis en cuanto a lo primero, repito, pues, que habiendo puertos habilitados para el comercio, es indispensable el gasto que se ha querido suprimir.

El señor Egaña. —Si sobre esto no hai disputa; porque la Comision no sabia nada de lo que ahora se dice hai en el particular.

Sabia que ocurrian buques a esos puertos, pero creia que un guarda iba a entender en la carga de ellos.

Si no es así, sino que hai tenientes administradores, es justo que se abone la partida.

El señor Ortúzar. —Desde que se ha manifestado la necesidad, ya no hai inconveniente: la Comision creyó que era inútil este gasto pero ya que el señor Presidente ha hecho ver lo contrario, me parece que todo está allanado i creo que se debe pasar por el gasto.

Se aprobó en consecuencia por unanimidad; i tambien por once votos contra uno, el de trescientos sesenta i cinco pesos señalados al oficial ausiliar; con lo que quedó aprobada la partida como aparece en el Presupuesto.

Se aprobaron igualmente por unanimidad las partidas 10 que contienen los gastos de la aduana de Santa Rosa, del resguardo del Portillo i el de los Patos; la 11 de gastos de la aduana, tesorería i resguardo de Valdivia.

Puesta en discusión la 12 que comprende los gastos de la aduana, tesorería i resguardo de Chiloé, se leyó la observacion de la Comision relativa a un oficial ausiliar i se puso en discusion.

El señor Egaña. —El colocar oficiales ausiliares en las provincias con el mismo sueldo que en Santiago, donde choca mas es en Chiloé en cuya Secretaría se acaba de ver en su misma planta de empleos que tienen igual cargo de escribientes, con ménos de trescientos sesenta i cinco pesos al año; porque efectivamente allí los sueldos son cortos, o mas bien, acomodados a lo barato de los artículos de subsistencia.

Pero lo que sucede es que hai una lei para que a los ausiliares se les dé trescientos sesenta