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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXXVI (1845).djvu/50

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CÁMARA DE DIPUTADOS

mientos jenerosos de Vuestra Soberanía a favor de la familia de un empleado celoso de la Nacion que despues de veinticuatro años de servicios prolijos i sin tacha, sólo dejó a la posteridad el ejemplo de su honradez i el recuerdo de su buen nombre.

Yo espero confiadamente que tomando Vuestra Soberanía en consideracion los buenos servicios de mi marido constantes de los certificados que acompaño i el absoluto desamparo de su familia, se servirá concederme como se lo suplico, una pension de gracia con que pueda de algún modo reparar las urjentes necesidades de que me veo rodeada. — Es gracia que imploro, Soberano señor. — Dominga Dimas de Iñiguez.


Núm. 14

Soberano Señor:

Don Buenaventura Aguirre, Capitan licenciado del Batallon cívico núm. 3, a Vuestra Soberanía sumisamente espongo: Que en Julio de 1839 ocurrí al Supremo Gobierno haciendo presentes mis servicios prestados a la causa de la Independencia para obtener algún auxilio con que remediar la escasez a que me veo reducido en el último tercio de mi vida, lleno de años i achaques, despues de haber empleado 22 años en servicio de mi patria a que me consagré desde mi juventud; pero el resultado de mi peticion fué desgraciado, como se ve por el adjunto espediente que acompaño.

Persuadido como estoi, que los representantes de la Nacion reconocen como una deuda sagrada recompensar los sacrificios de los que con su sangre i vida nos dieron patria i libertad, me atrevo a recordar los mios, como uno de los primeros soldados que tomaron las armas al primer grito de Independencia, i no las dejaron hasta ver constituida su patria i elevada al rango de Nacion independiente, recojiendo los laureles regados con la sangre del esponente i de todos aquellos que se sacrificaron por ella. Molesto seria enumerar detenidamente mis servicios; ellos constan de la foja de servicios que acompaño. He militado mas de 23 años desde 1812 en que principié a servir en Infantes de la Patria hasta 1830 en que me retiré de Capitan de Cívicos del Batallon N.° 3. Tengo el honor de enumerarme entre los soldados que dieron dias de gloria a la Nacion, habiéndome encontrado en las acciones de San Cárlos, Talcahuano, Curapaligüe, Roble, Yumbel, Concepcion, Rancagua, Maipú i otros encuentros. Tantos servicios sólo han sido recompensados con un retiro con fuero criminal i uso de unifoime; i quien dedicó su juventud al servicio de la patria descuidando la subsistencia de su familia, se encuentra próximo a la vejez, achacoso a consecuencia de las mismas campañas, sujeto a buscar su alimento casi mendigando por no permitirle muchas veces trabajar el estado delicado de su salud ¿I podré persuadirme que la Nacion desatienda a uno de sus mejores servidores que jime en la miseria, cuando han sido agraciados tantos otros que no se hallan en circunstancias tan apuradas como el esponente? No lo espero de la justificacion del Congreso.

Ademas, hace mas de cinco años a que estoi al cuidado de la casa que ocupa el Museo i la Biblioteca, sin que hasta ahora se me retribuya por este trabajo ni un centavo, teniendo que costear a mis espensas los útiles necesarios para la limpieza de la casa. En virtud de lo espuesto.

A Vuestra Soberanía suplico se digne asignarme en recompensa de mis servicios pasados i de los que actualmente presto, o por via de gracia i pension, una asignacion de veinte o quince pesos mensuales con que se ha agraciado otros militares retirados de mi graduacion.

Es gracia que espera conseguir, Soberano señor. — Buenaventura Aguirre.


Núm. 15

Soberano Señor:

Don Juan de Dios Mena, Teniente retirado del Batallon Cívico N.° 3, ante Vuestra Soberanía respetuosamente espongo: Que ocurrro a la Soberanía Nacional como un soldado de la Independencia, para obtener por via de gracia, una asignacion mensual, para llenar en parte las urjentes necesidades a que estoi reducido, en vista de lo que paso a esponer:

No es, Soberano señor, un innecesitado, un ambicioso, un hombre sin título el que ocurre a implorar nuestra clemencia: es sí un hombre rodeado de familia, de miseria, de cansados servicios: es un soldado antiguo que sus primeros años los empleó en favor de la Independencia de su patria: es un guerrero que sufrió ser prisionero en Talcahuano, en union del Teniente Quinteros, hasta que logró un canje, con lo demás que consta de la hoja de servicios que acompaño; i es en fin un hombre que ya no puede trabajar, para llenar en parte las urjentes necesidades de una numerosa familia.

He ahí, Soberano señor, el estado aflijente de un soldado que formó en las filas de los guerreros del año diecisiete para lograr la Independencia: he ahí señor bajo vuestros paternales auspicios a un soldado cargado de años i de servicios, que os pide un auxilio para salvarse de la mendicidad; i he ahí en fin quien suplica bajo el asilo que pueda merecer por los títulos que respetuosamente acompaña.

Por tanto, dígnese Vuestra Soberanía acojer con benevolencia, esta mi solicitud, que es gracia, etc. — Juan de Dios Mena.