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CARTAS ESCOGIDAS 119

ejemplo. El Rey le rogó buenamente que mirase lo que le res- pondía, añadiendo que deseaba esta prueba de su amistad y que él iba derecho á su desgracia. El mariscal le dijo que bien veía que perdía los favores de S. M. y su fortuna, pero que prefería esto á perder su propia estimación, y que él no podía obedecer á Mr. de Turenne sin degradar la dignidad á que había sido elevado. El Rey le dijo : « Señor mariscal, es preciso, pues, separarse. » — El mariscal le hizo una profunda reverencia y partió: Mr. de Louvois que no le quiere, le expidió en seguida una orden de marcha para Tours : ha sido dado de baja en el estado de la casa del Rey. Sus deudas ascien- den á cincuenta mil escudos más de lo que vale su fortuna ; está hundido, pero está contento y no se duda de que vaya á la Trapa. Ha ofrecido al Rey su equipaje que estaba hecho á expensas de S. M. para que hiciese de él lo que le agradase y se ha tomado esto como si quisiese bravear con el Rey. Jamás hubo nada más inocente. Todos sus parientes, los Villars y to- dos los que son afectos á él, están inconsolables. No dejéis de escribir á Mad. de Villars y al- pobre mariscal. Entre tanto, el mariscal d'Humieres, sostenido por Mr. Louvois, no había pa- recido y esperaba que el mariscal de Crequí hubiese respon- dido. Este último ha venido en posta desde su ejército á res- ponder él mismo : llegó antes de ayer y tuvo una conversación de una hora con el Rey.

El mariscal de Gramont, que fué llamado, sostuvo el derecho de los mariscales de Francia é hizo al Rey juez, entre los que hacían más caso de esta dignidad ó los que por sostener su grandeza se exponían al peligro de estar mal con él ó el que como Mr. de Turenne se avergonzaba de llevar este título, y le había borrado de todos los sitios en que podía estar, teniendo el nombre de mariscal por una injuria y queriendo mandar en calidad de príncipe. En fin, la conclusión fué, que el mariscal de Crequí se ha ido al campo á su casa á plantar coles, lo mismo que el mariscal d'Humieres. Ved aquí de lo que únicamente se habla; unos dicen que han hecho bien, otros que kan Lecho mal. La condesa (de Fiesque) grita hasta