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Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/344

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322 MADAMA DE SEVIGNÉ

no sabiendo donde vamos, tomando por malo lo que es bueno, tomando por bueno lo que es malo y siempre en una entera ignorancia. ¿Hubierais vos creído jamás que el padre Bourdaloue, por ejecutar la última voluntad del Presidente Perrault, hubiese hecho hace seis días en los jesuítas la más hermosa oración fúnebre que pueda imaginarse ? Jamás oración alguna ha sido tan admirada ni con más razón que esta. Ha tomado al Príncipe (1) bajo ei punto de vista más favorable, y como su vuelta á la religión ha hecho un gran efeclo entre los católicos, este parage, manejado porel Padre Bourda- loue, ha compuesto el más hermoso y más cristiano panegírico que se haya pronunciado jamás.

Á MADEMOISELLE SCUDERI Lunes 11 de setiembre de 1684.

En cien mil palabras no podré deciros más que una verdad que se reduce á aseguraros, señorita, que os amaré y os adoraré todo mi vida; no hay más que esta palabra, que pueda expre- sar la idea que yo tengo de vuestro extraordinario mérito. Á menudo he hecho de él el objeto de mis admiraciones y de la felicidad que siento por tener, en cierto modo, la amistad y la estimación de una tal persona. Como la constancia es una perfección, yo me respondo á mí misma que vos no cambia- réis para mí y me atrevo á alabarme de que no estaré jamás bastanie abandonada de Dios, para no. ser siempre vuestra. En esta confianza parto para la Bretaña, donde tengo mil asuntos; os digo adiós, y os abrazo de todo corazón, pi- diéndoos una amistad de las mejores para Mr. de Pellisson :


(1) Enrique II de Borbón, príncipe de Condé. Su principal gloria fué haber dado la vida al E Condés P as