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CARTAS ESCOGIDAS 35

rai; he querido ver los últimos reyes de la segunda raza; quiero unir Felipe de Valois y el rey Juan: es un pasaj admirable de la historia y del cual el abate de Choisy ha hech un libro que se deja leer muy bien

Nosotros tratamos de excitar un poco en la cabeza de vue: tro hijo el deseo de conocer lo que ha pasado antes que él cy lo conseguiremos; pero entre tanto, hay muchos motivos di reflexión en considerar lo que pasa al presente. Vais á ver po la noticia de hoy, cómo el rey de Inglaterra se ha escapade de Londres aparentemente, por la buena voluntad del principe de Orange. Los políticos razonan y preguntan si es más yen- tajoso al Rey el estar en Francia: unos dicen que sí, pues as. está seguro y no corre el riesgo de tener que entregar á su mujer y su hijo ó de que le corten la cabeza ; otros dicen que no, pues deja al principe de Orange protector y adorada desde que lo es naturalmente y sin crimen alguno. Lo que es verdad es, que la guerra nos será declarada bien pronto y que hasta puede ser que nosotros la declaremos los primeros. Si pudiésemos hacer la paz en ltalia y en Alemania podriamos acudir á esta guerra inglesa y á la holandesa con más aten- ción. Es preciso esperarlo, pues sería tener demasiados ene- migos por todas partes. Ved donde me lleva el libertinaje de mi pluma; pero juzgaréis bien que las conversaciones están llenas de estos grandes sucesos.

Os conjuro, mi querida hija, que cuando escribáis á Mr. de Chaulnes, le digáis que tomáis parte en las obligaciones que mi hijo tiene para con él y que las agradecéis mucho; que vuestro alejamiento extremo no os hace insensible á todo lo que toca á vuestro hermano. Este motivo de reconocimiento es Bn poco nuevo : es el dispensarle demandar el primer regi- miento de milicia que hizo levantar en Bretaña. Mi hijo, na mira con gusto entrar en el servicio por este lado, le tiene horror y no pide más que ser olvidado en su país. El caba- ilero aprueba este sentimiento y yo también, os lo confieso : ¿no sois vos de esta opinión, mi querida hija? Yo hago gran caso de vuestros sentimientos que son siempre buenos, princi