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CARTAS ESCOGIDAS 361

fijo, nos encontremos en Rouen, para ir á Bretaña por Caen. Yo no he dudado; estoy de tal modo en el aire y de tal modo fuera de París, que me voy á reposar á Chaulnes; Mad. de Xerman, piensa lo mismo. Así es, que esto es cosa kecha, mañana salimos para ir á Chaulnes.

Pero vos, querida mía, siempre en Grignan; yo entro en vuestras inquietudes, y las siento. Teníais mucho miedo de que hubiese guerra, y pensabais á qué sitio de Europa os veríais obligada á enviar vuestro hijo. La Providencia se ha burlado bien de vuestros pensamientos; toda Europa está en fuego : no habíais pensado en el principe de Orange, que es el Atila de estos tiempos. Se dice hoy una gran noticia y que será objeto de grandes comentarios : el rey de Polonia que ha declara- od la guerra al emperador por veinte motivos de queja, y el turco que no ha hecho la paz, harán que los bordes del Rhin no sean mucho de temer. En fin, hija mía, todo eslá en el aire, todo está entre las manos de Dios. Este joven, acostumbrado ya al oficio, instruido, capaz de todo por haber visto ya tres sitios antes de los diez y siete años : ved aquí lo que no pensabais, pero lo que Dios veía desde la eternidad. Decidme cual es la yoca= sión de Paulina.

Adiós, mi muy amable, pensad que sois una mujer fuerte, que si no tuvieseis la guerra iríais á buscarla, que Dios con- serve á vuestro hijo que está entre sus manos, y que debéis esperar volver á verle en buena salud : pensad de euántos peligros ha sacado al caballero y que vuestro hijo merchara por los mismos pasos de su tío.

A LA MISMA Pecquigny, sábado 30 de abril de 1689. Si creo al viento, querida mía, estoy ya en Griguan : el

cierzo está en campaña; no podía hacer otra cosa mejor; en cuanto á mí, yo creo que vamos á entrar en los rigores del