«El calor, el vendabal los separan y arrojan en otra tierra, para que cada grano dé la planta, de que era una promesa y un germen.
«Lo mismo nos pasa á los jóvenes: la madurez de los años, y los vientos inconstantes de la suerte, los separan é impelen, obligándolos á buscar el centro que mas favorezca los hábitos y necesidades de su existencia.
«Pero al mismo tiempo me digo: —¿qué impide preparar un terreno amplio, feraz y generoso, para que esa simienta moral llamada jóven Busque en él con preferencia y encuentre, un desarrollo mas vigoroso, fácil y fecundo?...»
Tratábase de la fundación del actual Centro Jurídico y de Ciencias Sociales.
Habia que luchar en pro de tan séria institución, contra la vanidad de los unos, el igualitarismo de los otros, la verbosidad de los de mas allá y la indiferencia de los de acullá.....
En fin, se necesitaba un Pasteur, que atenuase la inoculación forzosa de esos gérmenes perjudiciales para el porvenir de un centro que aspiraba á la actividad fecunda y progresiva.
Había, entre los estudiantes de jurisprudencia, un alumno mas jóven de lo que sus nazarenas patillas denunciaban, de reflexión menos fogosa que la mirada de sus negros ojos, y de