Página:Siluetas parlamentarias.djvu/112

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del importante tópico, sobre el cual ensayó sn primer discurso.

Maldita política! A qué precio le ha abierto las puertas del Parlamento Nacional!.....

Ha tenido que descabezar las flores de sus mas bellas ilusiones; ha sentido amargarse el agua dulce de su sensibilidad, al dar paso á la marejada de la pasión impetuosa y vehemente......

El escepticismo cosechado en el palenque periódico, acídula su frase correcta y simpática; el gesto de la contrariedad ha profanado la virginidad de su sonrisa; y el relámpago de la ironía ha dejado huellas fosfóricas en el cielo de su mirada dulce y apacible.

¿Reproche? —Nó; al revés, debemos felicitarnos de la metamorfosis del manso, humilde y modesto Colombres que partió hace dos años para su provincia natal.

Tucumán nos los devuelve con el alma surcada de cicatrices, pero con «cascara de hierro.»

Por otra parte, las tareas legislativas se encargarán de recordarle el camino del Centro Jurídico, ese taller que contribuyó á fundar el hoy diputado tucumano, y que cuenta en la actualidad con cerca de doscientos obreros, poco entusiastas pero regulares pagadores.