Página:Siluetas parlamentarias.djvu/226

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

no recuerdo qué festejo, celebrado con intemperancia de templarios en el Café de Paris.

Todo fué bien al principio; pero la viveza de la charla, y la amabilidad obsequiosa del visitado, echaron á perder el debut.

Para evitar los tomates del público, que ya coloreaban en las mejillas, «hubo que tocar espiante», como dicen los compadres.

Uf! El solo recuerdo de aquel four me ponia de colores, y me hacia evitar todo encuentro con el Dr. Del Valle.

Pero lo política me puso nuevamente á su alcance, y su risueña afabilidad no dejó señales del temor de una «malísima impresión» respecto de mis aptitudes de visitante

Cá! la bondad de Del Valle es característica. Suele llegar hasta los límites de la abnegación. En 1871 compartió con los miembros de la Comisión Popular los peligros de aquella cruzada contra una peste mortífera.

Eso como hombre. Y como orador? como caudillo? como político?.....

El Dr. Del Valle recorre la segunda mitad del viage humano hácia el resumidero panteista del sepulcro. Según Campoamor, es cuando hacemos mejores cosas.

Quedo á la espectativa.