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tiva, ||| sólo lo dejo al buen parecer de v. m. (To. 1, 45.) Con todos los principes habla Micheas, ||| palabras son de Dios, ||| V. Majestad las traslade a su alma, ll y no dé a guardar otra cosa a su memoria con más cuidado. (QuevEDO, O. L 191.)
- El hálito vital de tu alborada
Refresque puro, halagador, mi sien. |||
Tú empiezas, ||| yo termino la jornada, ||
¡Dios te conduzca al suspirado edén!
(GuiDpo Y SPANO, Á mi haga.)
2] El período paratáctico representa la forma me- nos elaborada del habla; es la que suele emplear el pueblo, y aun la que adoptamos a veces en el len- guaje familiar. Con todo, es difícil hallar un largo período paratáctico completamente puro.
b. Periodo hipotáctico
1] Siempre con Cejador, aunque con las restric- ciones que fluyen de nuestros distintos puntos de vista, llamaremos período hipotáctico a aquel en cuya composición entre por lo menos uma cláusula com- puesta.
2] Frente al período paratáctico, el Apotáctico en- carna el lenguaje en todo su desarrollo; y en sus alas puede llegarse a las mayores alturas, como po- drá apreciarlo quien lea el siguiente maravilloso pe- ríodo hipotáctico de Cervantes (0. 1. 2): Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos