Bo cimiento que el de sus deberes, se presentase siempre con aseo ¡esmerada en el arreglo de su casa, no vacilaria un momento, le ser un fatuo, en inclinarse a favor de la última.
s que las jóvenes brillen tambien por sus conocimientos, evando su edad ¡su educacion les permitan ya entrar en la so- ciedal; pero es preferible que estimen mas que los vanos incien- sos del mundo la tranquilidad doméstica, i cuanto pueda contri- buira que sean el orgallo desus padres, la gloria ¿la prosperidad de sus familias.
Hai muchas niñas que se creen aseadas porque a la hora de recibir vísitas o cuando salen a la callo se presentan limpias ¡ bien compuestas, aunque en la casa anden desascadas, sin pei narse ¡hasta sin haberse lavado a veces. Esas tales se engañan a sí mismas mas bien que a los demas, pues el desaliño ie desórden se convierte en ellasen costumbre, í tarde o lemprano descubrirán este [eu defecto a los mismos a quienes quisieron oculiarlo con mas esmero.
El poco aseo i amor al órden arguye en las niñas, o poco aprecio de si mismas u holgezanería, i ¡aí de aquellas en quie- nes pasen a ser un hábito estos dos vicios!
No creais que os sirva de escusa para no asearos i peinaros inmediatamente que os levanteis, el decir que teneis que entre- garos a los quehaceres domésticos, pues, aun prescindiendo de que las ocupaciones de vuestro sexa, como son principalmente el coser, bordar i zurcir la ropa, no echan a perder los vestidos, ¿qué cuesla ponerse uno malo cuando Lengaís que dirijir o ayu- dar por vosotras mismas a limpiar la casa, i quitárselo, lavarse i vestirse de nuevo luego despues de quedar todo limpio i arre- glado?
¡el aseo i el amor al órden asientan tan bien a las niñas de padres ricos, ¿cuánto mas no brillarán en las de condicion hu- milde? Nunca debeis olvidar que vuesirus padres, cualquiera que sea su posicion, no pueden mi deben compraros muevos bra- jes i adornos todos los dias, que tienen obligaciones mas premio-
Bueno